Argentina: medios de comunicación y género ¿hemos cumplido con la plataforma de acción de
Beijing?.
Compilado por Sandra Chaher.
Comunicación para la Igualdad Ediciones, 2018.
Cantidad de páginas: 149
En la sesión 47° de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas se aprobaron una serie de conclusiones referidas a la participación de la mujer en medios de comunicación y TICs. El documento, aprobado en 2003, recuerda los objetivos y medidas adoptados por la “Sección J” de la famosa Plataforma de Acción de Beijing (PAB). Este año, la sesión 62° de la comisión de la ONU revisará si las conclusiones fueron puestas en práctica por los países del mundo y cuánto queda aún por delante.
Para ponerle contexto a esa pregunta viene este libro compilado por Sandra Chaher y editado por Comunicación para la Igualdad. Las autoras escogidas, especialistas en cada una de las materias, relevan cuáles fueron los avances y los retrocesos en cada una de las áreas referidas a la Plataforma de Acción de Beijing. El libro pretende sintetizar los aportes del país en los últimos 20 años al logro de la igualdad de género en la comunicación.
El primero de los hallazgos del relevamiento permite decir que los actores de la sociedad civil llevan la delantera. Alianzas locales como las redes de periodistas especializadas en perspectiva de género y movimientos que surgen desde la comunicación —con Ni una menos como el ejemplo más evidente y de mayor notoriedad— aparecen en los últimos años como los motores de cambio en este proceso. El Estado, sostiene el libro, ha hecho también sus aportes a través de políticas públicas con cierto desbalance a favor de los medios tradicionales y en menor medida en el área de las TICs. En último lugar y con varias deudas en torno a este tema aparecen las empresas de medios de comunicación, tanto periodísticas como publicitarias, y los sindicatos. Aún así el saldo de los 20 años de la PAB en la Argentina se encuentra con una agenda de igualdad de género instalada como debate: “ya no es posible pensar una dimensión de la comunicación en la que el género no sea una política activa o una deuda pendiente”, sostiene el libro en su introducción.
Cada una de las autoras recorre un aspecto diferente en relación a esta agenda. En “Alianza global de medios y género”, Sabrina Frydman describe el accionar en favor de la igualdad de la Alianza Global de Medios y Género (GAMAG). Se trata de un conglomerado de organizaciones de la sociedad civil, instituciones públicas y privadas y personas interesadas en construir avances hacia la igualdad de género en medios de comunicación. Entre las muchas tareas que realiza la red GAMAG se encuentra la participación en el Proyecto de Monitoreo Global de Medios, que permite contar con un diagnóstico certero: “la evidencia demuestra que las recomendaciones realizadas han sido ampliamente ignoradas por los gobiernos, las organizaciones internacionales y regionales, como así también los medios y compañías de telecomunicaciones”, sostienen. En este artículo se presentan nuevas recomendaciones para Estados y empresas privadas, a quienes se identifica como los actores más reacios al compromiso con la igualdad de género.
¿Cómo aparecen las mujeres en los medios? Esa parece ser la pregunta guía de “Los medios nos miran: nosotras los miramos para transformarlos”, el artículo de Gabriela Barcaglioni, Claudia Florentin y Marcela Gabioud. También fundamentado con datos empíricos surgidos de monitoreos, el artículo describe que sólo el 4% de las notas informativas cuestionan los estereotipos de género, un 6% los desafía y un 87% los refuerza. Las mujeres, por su parte, no superan el 29% de la representación como sujetas en los principales diarios. Aún así, aseguran, América Latina es la región en la que más crece la presencia de la mujer, superando al 24% del promedio global. Del mismo tema pero en el ámbito de la publicidad se encarga Paola Ramírez Barahona, para marcar avances y retrocesos en los últimos años así como desafíos de cara al futuro en términos de estereotipos que refuerzan la situación de desigualdad.
Sobre los avances en materia de políticas públicas escribe la compiladora del libro, Sandra Chaher, quien enmarca este proceso en las transformaciones en materia de telecomunicaciones de los últimos años en la Argentina. A pesar de esos cambios, sostiene, “la dimensión de género sigue sin lograr transversalizar las políticas de comunicación”. En especial, esas diferencias pueden verse en el ámbito de las TICs, al cual hace referencia el artículo de Dafne Sabanes Polu, “Políticas públicas de género y tecnologías de información y comunicación en Argentina”. Claudia Laudano ofrece la otra cara de esta problemática: en “Acerca de la apropiación feminista de las TICs” describe las tensiones y contradicciones que aparecen en este campo.
Sobre quién y cómo se producen las noticias escribe Virginia Pedraza. Las redacciones de noticias no son ámbitos ajenos a la desigualdad de género y así lo establece su artículo: “las razones tienen que ver con una desigual distribución de las tareas productivas y reproductivas al interior de la sociedad”, sostiene. El análisis del caso argentino coincide con los números que aparecen en el mundo: las mujeres representan menos del 40% del total del personal de las redacciones.
Junto a las empresas, los sindicatos aparecen como otro de los actores con dificultades para avanzar en materia de igualdad de género. El artículo analiza la presencia —o la falta de ella— en los sindicatos de prensa en la Argentina.
Educación, comunicación y género se cruzan en el artículo de Mariana Fernández Camacho para dar un panorama general sobre los políticas del Estado argentino tendientes a construir una mirada crítica sobre los roles de género en los medios. Programas como el de Educación Sexual Integral y la inclusión en universidades de comunicación de temas de género y diversidad aparecen como los puntales de un avance de cara a la disminución de la desigualdad. El desfinanciamiento y la parálisis en los últimos años, sin embargo, aparecen como una señal de alerta.
“El ojo vigilante de la sociedad civil” es el tema central del artículo de Belén Spinetta, quien destaca la tarea de organizaciones feministas integradas por comunicadores. Los ejemplos de las redes de periodistas especializadas y la aparición del Movimiento Ni Una Menos parecen ejemplificar de manera concluyente el papel de la sociedad civil.
Los desafíos son muchos y algunos ni siquiera han sido reconocidos como tales. Es el caso que aborda “Comunicación indígena sin perspectiva de género”, el artículo del libro que escribe Luciana Mignoli. Recibimos de la voz de las propias mujeres y travestis indígenas que ejercen la comunicación los problemas que enfrentan a diario para ser escuchadas y sus derechos garantizados.
Sandra Chaher es periodista y Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UBA), con Especialización en Género y Derecho (UBA). Presidenta de la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad. Docente de la Universidad Nacional de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Compiló y editó los libros Las palabras tienen sexo. Introducción a un periodismo con perspectiva de género (2007); Las palabras tienen sexo II. Herramientas para un periodismo de género (2010); Políticas públicas de comunicación y género: Un camino por recorrer (2014); Políticas públicas de comunicación y género: entre andares y retrocesos (2016); Ellas tienen derechos —¿Cómo se expresaron los medios de comunicación de Argentina sobre los asesinatos de Ángeles Rawson, Melina Romero y Lola Chomnalez?— (2015); Violencia de género y Políticas Públicas de Comunicación (2016); y Comunicación, género y derechos humanos (2016).