¿Cuáles son los intereses detrás de los medios de comunicación, sus relaciones con la política y otras áreas de la economía?
POR AGUSTÍN ESPADA (*)
@AgustinEspada
Un estudio realizado por Reporteros Sin Fronteras, Tiempo Argentino e investigadores locales muestra que los mercados de portales web, radio, televisión y prensa gráfica se encuentran altamente concentrados. Por otra parte, el entrecruzamiento de intereses empresarios y el Estado en distintos puntos (dentro y fuera de los medios) muestra una connivencia riesgosa.
El Monitoreo a la Propiedad de los Medios (MOM por sus siglas en inglés) es un estudio realizado por Reporteros Sin Fronteras (RSF) a nivel mundial. Su versión argentina estuvo realizada por un equipo integrado por periodistas de Tiempo Argentino, representantes de RSF e investigadores académicos. Este trabajo indaga en la situación del sistema mediático argentino en diversos aspectos: consumo de medios, concentración de la propiedad, situación regulatoria, transparencia de la información y relaciones entre la política y los dueños de los medios.
El objetivo central del MOM es dar a conocer los nombres e intereses detrás de los medios de comunicación, sus relaciones con la política y otras áreas de la economía así como también dilucidar la situación regulatoria para prevenir la natural tendencia a la concentración de estos actores. Entre los principales hallazgos de este trabajo realizado a comienzos de 2019 se encuentra que:
- La concentración de audiencias en televisión (57%), radio (53%) y prensa gráfica (74%) representa un riesgo alto para la libertad de expresión;
- El Grupo Clarín concentra el 25% de las audiencias de radio, prensa gráfica y televisión en los principales centros urbanos del país;
- Entre los principales ocho grupos de medios del país, la concentración asciende al 59%;
- Las garantías regulatorias para prevenir la concentración horizontal y crossmedia en medios son bajas y marcan un riesgo alto, principalmente por las falencias en su aplicación;
- La transparencia del sistema alterna buenas y malas: si bien las autoridades responden a pedidos de información, esta información es insuficiente y además el Estado no regula al único proveedor de datos de audiencia (Kantar Ibope Media);
- Existe un bajo control de la política sobre los medios (pese a las extensas relaciones existentes entre dueños y Estado en otras áreas económicas) aunque la publicidad oficial y su distribución se erigen como un ítem fundamental en el financiamiento del sistema;
- Ausencia casi total de mujeres en la estructura de propiedad y gestión de las empresas de medios.
Una sociedad cruzada por los medios de comunicación
De acuerdo a datos del ENACOM, en 2018 de cada 100 hogares argentinos, 70 tienen telefonía fija y televisión de pago mientras 61 cuentan con conexión fija a Internet. Por otro lado, en 97 hay un televisor y en 76 un receptor de radio AM/FM. Además, por cada 100 habitantes hay 140 líneas de telefonía móvil.
Por otro lado, según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales realizada por el SINCA en 2017, la radio es uno de los medios tradicionales que más espacio perdió en la dieta cultural de los argentinos. Del 87% de escucha en 2013 al 70% en 2017 con más del 50% de pérdida en los sectores más jóvenes. La prensa gráfica es la otra gran perdedora: del 73% de lectura en 2013 al 57% en 2017. La televisión, por su parte, sostiene su relevancia ya que el 95% de los encuestados reconocen que la miran.
La relevancia de plataformas digitales como Facebook (la red social más masiva), YouTube (principal espacio de consumo de audiovisual gratuito), Netflix (el más importante entre los pagos) y Spotify (la más usada para consumos musicales) coincide con el crecimiento del teléfono celular como el principal dispositivo de conexión (76%) y el crecimiento del uso de los Smart-TV (54%).
Altos índices de concentración
Si se toman los números de audiencia y tirada para radio, televisión y prensa gráfica se encuentra que el dominio de los principales cuatro actores en cada una de las industrias representa un riesgo alto para la libertad de expresión. En TV, el Grupo Clarín, VIACOM, Time Warner y Grupo América concentran el 56,7% del encendido total de televisión (abierta y de pago). Por detrás de estas empresas se encuentran Fox y Disney. La presencia de actores estadounidenses en el mercado televisivo es tan relevante que si se reúnen las participaciones de Time Warner, VIACOM, Fox, Disney y Discovery se concentra el 45% del encendido en las principales ciudades del país.
En radio los números son similares, los cuatro grupos empresarios más grandes concentran el 53% del encendido. Ellos son Clarín, Indalo, Prisa-Albavisión y América. El quinto actor, que queda fuera del índice, es Cadena 3 que en Córdoba concentra más del 50% del encendido radiofónico con sus emisoras.
En prensa la concentración de la tirada es altísima. Solo el Grupo Clarín se queda con el 43,4% del mercado. Lo siguen con porciones menores La Nación, el Grupo Fascetto y La Gaceta de Tucumán. En total, entonces, estas cuatro empresas reúnen el 74% de toda la tirada semanal auditada por el Instituto Verificador de Circulaciones (IVC).
De esta forma, si se construye un índice de concentración de audiencias entre estas tres industrias se encuentra que entre los principales ocho grupo empresarios (Clarín, América, VIACOM, Indalo, Prisa-Albavisión, La Nación, Cadena 3 y los medios estatales) reúnen el 59,2% de la atención de los argentinos a los medios tradicionales. Este porcentaje muestra, según la metodología MOM, un riesgo medio para la pluralidad informativa.
Políticas pro mercado
El estudio destaca a través de sus indicadores e informes que las decisiones tomadas por el gobierno de Mauricio Macri y su gobierno desde el 10 de diciembre de 2015 marcan un retroceso en el diseño de regulaciones, su aplicación y otras políticas que deberían prevenir los altos índices de concentración que se registran.
En primera medida, el diseño de regulaciones centralizado bajo la tutela directa del Poder Ejecutivo a través de decretos y resoluciones junto a la extrema gubernamentalización de los organismos de aplicación y control constituyen riesgos altos. Además, la caída de topes concretos a la expansión de los grupos mediáticos y de telecomunicaciones como las cuotas de mercado, la cantidad de licencias, los impedimentos de propiedad cruzada así como las exigencias de producción local y nacional son una muestra de decisiones que van en línea con los intereses del mercado. Del mismo modo pueden catalogarse la flexibilización de las exigencias para establecer cadenas de repetidoras de radio y televisión o la autorización de la libre compra-venta de licencias de radiodifusión.
La muestra más grande de las decisiones tomadas desde el gobierno para favorecer los movimientos del mercado es la serie de puertas regulatorias que se abrieron para que el principal actor (Grupo Clarín) se transforme en el holding argentino con mayores ganancias de toda la economía. Su fusión con la empresa de telecomunicaciones Telecom proyectó al grupo a una escala desconocida para el macro-sector info-comunicacional argentino. Al dominio en radio, prensa y televisión demostrado en el apartado anterior debe sumarse ahora su poder dominante en televisión de pago, telefonía fija, móvil, Internet fija y móvil. Esta operación se realizó con el aval regulatorio del gobierno que modificó de modo directo las legislaciones que lo impedían y con controles exiguos (tanto de la autoridad de aplicación como de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia).
Intereses cruzados
Uno de los principales objetivos del MOM es dar a conocer a las personas que se encuentran detrás de las empresas de medios y, al mismo tiempo, desvelar sus intereses en otras áreas de la economía. Esto tiene, en muchos casos, una relevancia directa en el diseño y producción de los contenidos, en especial en las agendas y líneas editorial de los medios. El financiamiento de estas empresas y de sus empresarios se constituye como determinante central del funcionamiento de los medios.
Una buena parte de los grupos analizados tienen su actividad de origen en el mercado mediático y de él todavía obtienen sus principales ingresos (La Nación, La Gaceta de Tucumán, VIACOM). Otros pertenecen a organizaciones preexistentes con intereses muy diversificados en distintas áreas de la economía que van desde la actividad sindical a la financiera como el Grupo Octubre, la familia Moneta o el Grupo Olmos.
Casos paradigmáticos que pueden ilustrar a buena parte del proto-capitalismo de medios argentino son los del Grupo Clarín, América, Electroingeniería, Indalo o Perfil. El primero es el fiel ejemplo de expansión desde el sistema de producción periodística al sector de las comunicaciones en general. Con su inicio en la prensa gráfica, Clarín saltó en los 80 a la radiodifusión, en los 90 al mercado del cable, en los dos mil al de Internet y, finalmente, en 2017 se transformó en la principal empresa del país al fusionarse con Telecom. La gran mayoría de sus unidades de producción de contenido son deficitarias pero le permiten expandirse en el resto de los mercados de la comunicación.
El Grupo América está compuesto por tres empresarios: Daniel Vila, José Luis Manzano y Claudio Belocopitt. En ellos se pueden encontrar diversos intereses y actividades económicas. El tándem Vila-Manzano cuenta con un grupo inversor que opera, principalmente, en el sector de la producción de energía (petróleo, electricidad y gas) con diversos contratos con el Estado. Entre otras participaciones, cuentan con un porcentaje menor de MetroGas, la proveedora de este servicio público en Buenos Aires. Belocopitt, por su parte, es dueño de SwissMedical, una de las dos empresas de medicina prepaga más importantes del país.
Los dueños del Grupo Indalo son Cristóbal López y Fabián de Sousa quienes llegaron a los medios después de una larga trayectoria en el sector petrolífero (servicios, transporte y comercialización) en la Patagonia argentina. Además, controlaron diversas empresas con intereses inmobiliarios, en los juegos de azar, finanzas, gastronomía y agro. Desde 2016 entraron en desgracia por el cambio en el gobierno y enfrentan causas judiciales por fraude fiscal. Ambos se encuentran presos.
Electroingeniería, por su parte, es otro de los grupos cuyos dueños (Osvaldo Acosta y Gerardo Ferreyra) se encuentran encarcelados por manejos poco claros en licitaciones y contrataciones públicas. Su principal actividad, como el nombre del grupo lo indica, es la construcción de obras públicas dedicadas a la producción, extracción y distribución de energía de diverso tipo. Su incursión en los medios se dio en el gobierno de los Kirchner pero sus intereses en los mismos se diluyeron con la llegada de Macri a la Casa Rosada. Por su parte, Editorial Perfil muestra una trayectoria contraria. Fontevecchia inició su actividad en los medios y la sostiene con una gran expansión en el mercado editorial de Brasil, de donde obtiene sus principales ingresos. En la actualidad, se expande a los mercados de televisión y radio con suerte dispar.
Despidos y falta de intervención estatal
La pérdida de audiencia y circulación de los medios tradicionales es notoria. Según datos de Kantar Ibope Media y el IVC, entre 2014 y 2018 la televisión perdió el 47% de su encendido mientras a la radio le sucedió lo mismo en una proporción menor (25%). Por su parte, la prensa gráfica perforó un piso histórico de 800 mil ejemplares diarios en todo el país.
La merma de audiencias se combina con la de la publicidad oficial nacional (casi del 50%) y la retracción del mercado publicitario para dar formar a una tormenta perfecta que produjo cierre de medios y miles de despidos en el sector. Según datos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, entre 2016 y 2018 se produjo una reducción de más de 2700 puestos de trabajo en Buenos Aires entre despidos y retiros voluntarios.
Los principales cierres y crisis se producen en radio (El Mundo, Del Plata, América, Splendid, Blue, ESPN) y gráfica (Tiempo Argentino, Agencia DyN, Agencia NA, El Argentino, La Razón, The Buenos Aires Herald). En televisión, canales importantes ingresaron en procesos preventivos de crisis o de reducción de planta como Canal 9 y Telefe. Una situación que se repite en distintos medios es la del pago de sueldos en cuotas o parciales.
En todos estos procesos se destaca un rol central tanto del ENACOM como del Ministerio de Trabajo para facilitar las acciones precarizadoras y de achique de los grandes medios. La vista gorda o la no intervención son los dos mecanismos más utilizados. Otro dato que alumbra el rol gubernamental en esta situación está en el dato de la empresa que más despidos realizó en el trienio 2016-2017-2018: el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.
Un mapa concentrado y un Estado ausente
Por todo lo enumerado, el estudio MOM concluyó que la combinación de índices riesgosos de concentración en la propiedad de las empresas que controlan los principales medios del país; los intereses cruzados de estos empresarios con actividades íntimamente ligadas a licitaciones y contrataciones públicas; la relajación de límites regulatorios y gubernamentalización de autoridades de aplicación; y la grave crisis económica del sector de medios dan forma a un sistema de medios muy dependiente de los vaivenes gubernamentales y con fuerte dominio del Grupo Clarín.