Editorial

Más concentración para el 2016. El último tramo del 2015 y el comienzo del nuevo año trajeron cambios

Más concentración para el 2016.

El último tramo del 2015 y el comienzo del nuevo año trajeron cambios centrales tanto en las políticas públicas de comunicación audiovisual como en las de telecomunicaciones. Las modificaciones habían comenzado con la intervención de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y de la Autoridad Federal de Tecnología de la Información y las Comunicaciones (AFTIC) por parte del gobierno de Mauricio Macri.

 

Sin embargo, la medida se profundizó a partir del decreto 267/2015, publicado en el Boletín Oficial el 4 de enero, que creó un nuevo organismo: el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), que reemplazó a aquellos que habían sido creados por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la ley Argentina Digital, respectivamente.

Asimismo, este decreto modificó artículos sustanciales de las leyes N° 26.522 y N° 27.078, dirigidos a morigerar la concentración de ambos sectores y que tenían el objetivo de crear un escenario de pluralidad y diversidad de emisores y proveedores.

Habrá tiempo, en el próximo número, para hacer las apreciaciones y los análisis del panorama que se viene a la luz de estas decisiones que, en principio, están cuestionadas por la forma en la que fueron sancionadas. No parece ser la opción más democrática modificar por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) leyes complejas que regulan mercados tan sensibles como las TIC y el audiovisual, en los que entran en juego intereses económicos de diversas magnitudes y derechos ciudadanos de diversos actores sociales.

Creemos también importante evitar caer en la trampa de nuevos determinismos tecnológicos que se esconden tras palabras de amplio impacto como «convergencia». Encontrar herramientas de promoción que permitan garantizar inversiones y desarrollo en infraestructura es una parte de las responsabilidades del Estado que no puede opacar la necesidad de generar mecanismos de control para que sean todos los sectores sociales los que puedan ejercer su derecho a la comunicación.

A lo que a este número de Revista Fibra se refiere, cerramos el 2015 con un nutrido análisis del fallo en contra de Venezuela respecto a la licencia de RCTV -que ahora tendrán que restituir a sus antiguos operadores-; una mirada sobre qué esperar de los operadores virtuales móviles en un mercado altamente concentrado como el local; y una tensa entrevista a Sebastián Cabello, director de GSMA América Latina, la asociación sin fines de lucro compuesta por todos los operadores móviles del mundo.

Además, analizamos la diferencia entre una red neutral y una internet abierta y damos cuenta de la medición de calidad -hecho inédito en la región- que realizan la UNESCO y Universidad de Buenos Aires, a través de la facultad de Ciencias Sociales, de la TV Pública nacional.

El 2016 será un año movido y de cambios no solo en el ámbito de la regulación. También habrá un cambio de paradigma que pondrá en evidencia no solo los intereses de los sectores concentrados, sino también las demandas de aquellos que no cesen en sus reclamos de acceso al ejercicio pleno de sus derechos a la comunicación.

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