Una serie de decretos y resoluciones presentadas como transitorias con efectos permanentes.
Por Santiago Marino (*)
El proceso de cambio en la regulación del Espacio Audiovisual Ampliado (EAA) en Argentina comenzó en los primeros días del gobierno de Cambiemos. Pero las promesas de transformación integral quedaron a mitad de camino. Mientras la dinámica del mercado no se detiene, las acciones públicas no logran consolidar una dinámica que se extienda más allá de los decretos presidenciales. La nueva regulación no llega. Las inversiones tampoco. Las mejoras resultan utópicas en este contexto.
El proceso de cambio en la regulación del Espacio Audiovisual Ampliado (EAA) en Argentina comenzó en los primeros días del gobierno de Cambiemos. Pero las promesas de transformación integral quedaron a mitad de camino. Mientras la dinámica del mercado no se detiene, las acciones públicas no logran consolidar una dinámica que se extienda más allá de los decretos presidenciales. La nueva regulación no llega. Las inversiones tampoco. Las mejoras resultan utópicas en este contexto.
La configuración del EAA es comprendida a partir del surgimiento y expansión de tecnologías que rompen inercias y formas de organización productivas y de consumo en las distintas industrias culturales. Es integrado por los sectores del cine, la televisión (abierta y de pago, analógica y digital) y los servicios de distribución de contenidos audiovisuales online.
La incorporación y combinación de nuevas formas de producción y circulación son fruto de un desarrollo no espontáneo. Esto obedece, para Martell1, tanto a la evolución de las TIC vinculadas a las industrias audiovisuales como a factores externos y estructurales del capital globalizado.
El proceso de convergencia obliga a mirar los sistemas mediáticos situados en esta integración, lo que supone una nueva perspectiva, que debe recuperar también exigencias históricas sobre las condiciones de acceso y participación ciudadana.
Desde el 10 de diciembre de 2015 se desactivaron los elementos centrales de las políticas de comunicación de la administración kirchnerista. El proceso de toma de decisiones y su impacto en el sistema se reduce a la desintegración vía decretos y resoluciones de las leyes vigentes. De acuerdo al plan del Gobierno, esto debe complementarse con dos fases: por un lado, la sanción de un marco regulatorio integral que fuera resultado de una discusión “amplia y plural”; por otro lado, la generación de un mercado competitivo a partir de fuertes inversiones de capitales nacionales y extranjeros. Ninguna se concretó tras más de 20 meses de gestión. Mientras tanto, las acciones del mercado continúan su dinámica y multiplican los desafíos a la regulación.
Acciones
Las políticas de comunicación implementadas en Argentina por Cambiemos son resultado de serie de decretos y resoluciones definidas de modo centralizado2. Sus efectos favorecen el desarrollo privado comercial, mantienen en segundo plano a los medios del sector sin fines de lucro y no contemplan la concentración de la propiedad como un problema. Estas modificaciones han sido presentadas como transitorias. Pero mientras no se consolidan las siguientes etapas, sus efectos se vuelven permanentes. Veamos:
- El mercado de TV de pago es el principal mecanismo de distribución de audiovisual en el país. Con poco más de 11 millones de abonados supera el 82% de penetración, repartido entre el cable (71%) y TV satelital (29%). Esa cobertura territorial es más importante en las localidades de provincias, a pesar de la expansión de la TDA. En tal contexto, haber excluido al mercado de TV paga de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) resultó muy beneficioso para los grupos dominantes: permitió ampliar las escalas del negocio y redujo obligaciones tales como producción propia y local. A su vez, fue perjudicial para los pequeños jugadores, quienes vieron crecer a los gigantes en condiciones ventajosas y resultaron afectados por la falta de límites a la concentración. Esto los puso en un lugar de desventaja competitiva, por ejemplo, a la hora de negociar con los proveedores de contenidos claves, como el fútbol. Por otro lado, a pocos meses de la apertura a la competencia convergente3 no resulta clara la lógica con que el Estado interpelará la intervención del gigante creado por la fusión Clarín-Telecom, cuya evaluación no sucederá hasta el año que viene, según anunciaron recientemente las autoridades del ENACOM:
“–¿La fusión no va a estar resuelta para cuando las telefónicas puedan ingresar a competir por las cableras en televisión paga?
–Vamos a ser claros. Estamos por aprobar o no una de las fusiones más grandes de la historia argentina. No nos corren ni los plazos, ni los tiempos ni las formalidades. Nos corre la obligación de analizar una de las fusiones más grandes de la argentina y tomar las determinaciones que tengamos que tomar. Los plazos no los estamos tomando en cuenta para tomar las determinaciones. Lo que estamos tomando en cuenta es lo que tenemos que hacer. Nos lleve el tiempo que nos lleve”.4
- El mercado de TV abierta lleva muchos años de crisis económica, sin consolidar una salida a su modelo de negocio que parece agotado. Mientras cae considerablemente en los niveles de audiencia5, las dinámicas del sector pasan por la combinación de una caída en la inversión para producir ficción y el cambio de manos entre capitales extranjeros. Asoman, de a poco, algunos intentos de cofinanciamiento entre cableros, productores y señales6, mientras que el Estado se retira del rol protagónico que solía frecuentar. Las experiencias de “La Fragilidad de los cuerpos”, “Un Gallo para Esculapio” y “El maestro” materializan la novedad en la producción y distribución del EAA. Y describen el rol central de las productoras extranjeras: TNT está presente en las tres gemas de 2017. Esta señal, propiedad de Turner, materializa su fuerte presencia en el mercado local —a pesar de no haberse quedado con Telefé— con el control de los derechos del fútbol, compartido con Fox. Nada de esto encuentra límites en la actual legislación.
- El sector del cine atraviesa un momento muy particular. Mientras que es probable que por primera vez en mucho tiempo se venderán menos entradas que el año anterior, la taquilla exhibirá varios films nacionales que superarán los 600 000 espectadores7. Pero el futuro asoma incierto8 pues las recientes modificaciones a la política de cine podrían generar una caída muy significativa en la cantidad films argentinos a producir en el futuro. Como expone Diego Batlle “El INCAA lanzó el pasado 14 de septiembre la resolución 942 que modificó las reglas de juego sobre todo en una cuestión esencial para la industria como la crediticia, aunque también con alcances en el cálculo de ciertos subsidios. Distintos sectores cuestionaron la medida por ‘burocrática’ y ‘restrictiva’, se organizaron marchas de repudio y asambleas en el Gaumont.” El sector parece pensado desde la gestión como desplazado del EAA. Y la lógica de administración racional de los recursos se impone a la tradición del fomento.
- La radio, por su parte, está en crisis. Tal como define Agustín Espada, se caracteriza por “empresarios golondrina, gobiernos que establecen reglas de juego maleables, proyectos artísticos inexistentes, trabajadores precarizados y audiencias en fuga. Características de un sistema viciado”9. Con esos elementos desanda su integración al audiovisual ampliado.
¿La Comisión?
Aquel DNU 267/15 que creó la Comisión para la Elaboración del Proyecto de Ley de Reforma, Actualización y Unificación de las Leyes 26.522 y 27.078 se cumplió parcialmente. Los plazos establecidos y renovados se vencieron sin que se conocieran resultados de su acción.
Como se pregunta Andrea Catalano “si durante todo este tiempo no hubo detalles sobre lo que surgía y se plasmaba después de cada encuentro con las 78 organizaciones civiles que formaron parte de las reuniones participativas: ¿qué fue lo que efectivamente se hizo en este tiempo? ¿Cuál es el resultado de semejante inversión de tiempo y, por ende, de dinero que ya superó el año y medio?”10.
El gobierno regula por decreto un sistema que pretende sea competitivo pero desconoce que está muy concentrado. La integración que permite la tecnología no sucede sin conflicto. Con la saga de cambios quedó en el centro de una disputa de intereses contrapuestos e irreconciliables. Clarín y Telefónica mantienen un enfrentamiento que lleva más de 25 años. Convivir es incompatible con competir entre ellos. Pues para crecer cada uno necesita afectar al otro. Tomar una tajada de su sector. A esto deben sumarse actores extranjeros muy fuertes, como AT&T (DirecTV) y Claro-Telmex11.
Conclusiones
La regulación del sistema de medios de comunicación en Argentina se transformó de modo relevante en los primeros dos años del gobierno de Cambiemos. La serie de decretos12 sancionados por Mauricio Macri fue acompañada además por la dinámica del mercado, que se mostró ciertamente activa. Pero mientras todavía se espera la llegada del nuevo marco legal, “la lluvia de inversiones” no consolida ni siquiera una fina garúa.
Las medidas implementadas hasta ahora se sostienen en dos ideas que están presentes en el discurso oficial y en una promesa:
- El desarrollo de las TIC democratizará el sistema y ampliará el acceso a los medios;
- La competencia es el camino a la expansión de servicios para los consumidores y las audiencias.
- Esto se complementa con la promesa de la ley de la convergencia.
Ahora bien, a cada paso el gobierno contradice los tres elementos. Los cambios generados podrían jugar en contra de su modelo de construcción de poder, dado que el crecimiento de la concentración va más allá de lo esperado y el tamaño que adquieren estos conglomerados les da un poder económico y simbólico notable. Nada hace pensar que una nueva ley, aprobada en este contexto, establezca límites y control para las empresas. Además, su expansión hacia otras áreas que sobrepasan el sistema comunicacional las define como conglomerados cada vez más potentes.
Mientras que la concentración del EAA es entendida como inherente al sistema y elemento constitutivo para la competencia (deseada por el Gobierno), otro elemento de la etapa resulta de una omisión. La desarticulación del rol del Estado en la configuración de mecanismos vinculados a la (promoción de) producción de contenidos es notable. Ya no está en la agenda. En espacios donde implicaba erogaciones de dinero público (la TV) y en los que no (el cine). El mercado acciona en ese aspecto según sus intereses y necesidades. El impacto se incrementa poco a poco. Y quizá se consolide como otro rasgo de época.
1Cultura Mainstream: “Cómo nacen los fenómenos de masas”, Martel, Frédéric, Taurus, 2011
2Ver nota del autor en Revista Fibra: http://papel.revistafibra.info/la-regulacion-del-espacio-audiovisual-ampliado-argentina/
3Supuestamente habilitada por el Decreto 1340/17. Ver más en Fibra 14.
4Miguel De Godoy, consultado en Jornadas ATVC 2017, ver más en http://bit.ly/2zWvjW8
5Ver más en http://bit.ly/2Al9UqG
6Ver más en http://bit.ly/2hJ53nT
7Ver más en http://bit.ly/2hKn6u0
8Ver más acá http://bit.ly/2Bbql6dy en http://bit.ly/2hU3YNB
9Ver más en http://bit.ly/2zcg0W7
10Ver más en http://bit.ly/2zYLnqZ
11La versión original de este trabajo proponía a Telecom. Pero el factor detonante de su fusión (¿absorción?) con Clarín los vuelve uno. Claro que todavía no fue aprobada por la Comisión Nacional de defensa de la Competencia. Es uno de los pendientes del gobierno.
12Tanto de Necesidad y Urgencia como Decretos simples.
(*) UNQ – UBA.