Herramientas digitales para comunicadores.
Director: Santiago Tejedor.
Barcelona, Enero de 2019.
Cantidad de páginas: 351.
El libro es el resultado de un proceso de reflexión y debate en el marco de la asignatura “Tendencias, ciberperiodismo y lenguajes” del Máster de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona. Dicha materia produjo un laboratorio de ideas que trabajó durante seis meses para producir una publicación digital con el objetivo de brindar herramientas para la comunidad académica y profesional del mundo periodístico.
El resultado es un libro compuesto por dos grandes bloques. En el primero de ellos, encontramos una compilación de 28 ensayos aportados por docentes, periodistas profesionales e investigadores de universidades y medios de comunicación de Iberoamérica. El punto nodal de todas las investigaciones se ubica en el encuentro entre tecnología y comunicación. Desde diversas miradas, los autores invitan a pensar este entrecruzamiento, inevitable en el mundo que nos rodea, entre los avances en materia tecnológica y el escenario desafiante que encuentran los profesionales de la comunicación. Para algunos, una posibilidad de potenciar en conjunto el alcance del periodismo a través de nuevas herramientas mientras que otros ponen el énfasis en los retos que significa mantener altos los estándares de calidad en este nuevo ecosistema periodístico. Así, los autores se enfocan, desde una multiplicidad de perspectivas y visiones, en dar unas primeras respuestas a las preguntas que abren los desafíos tecnológicos. Desde preguntas concretas acerca de cómo incorporar estas nuevas herramientas en las aulas donde se enseña periodismo hasta el debate por grandes cuestiones que ya exceden la pura comunicación, como la indagación sobre la inteligencia artificial y la memoria humana.
En uno de los artículos, por ejemplo, Juan Francisco Jiménez Jacinto busca el hilo que une a la invención de la imprenta de Gutenberg con Google. ¿En qué se parecen ambos avances de la Humanidad? Para el autor, tanto la imprenta como los avances en las técnicas de big data e inteligencia artificial organizan la información de la época de manera fiable y veloz, volviéndola accesible para los receptores. De esa manera, asegura, Gutenberg mostró el camino: no se trataba sólo de “colectar” grandes volúmenes de información sino organizarlos y ponerlos a disposición de quienes lo consumen. “La imprenta de tipos móviles – concluye el autor – cabalga a través de sus más de 570 años de historia para explicarnos, de nuevo, que los soportes digitales y la organización de los mensajes que contienen son tan necesarios como los propios mensajes. Sin medio, no hay mensaje”.
Sin embargo, ¿todo avance tecnológico resulta positivo en sí mismo? La pregunta subyace al trabajo de Fernando Esquivel Lozano. En “Esclavos de internet”, el autor indaga en los riesgos de una vida conectada al ciberespacio. Las ventajas de las nuevas herramientas digitales para nuestra vida social, familiar y profesional aparecen como incuestionables. Pero, ¿qué pasa con valores como la privacidad, la identidad personal y los vínculos con los otros? El uso de internet presenta también los desafíos de integrarse a un mundo digital capaz de abarcarlo todo. Sin embargo, el autor no propone la idea utópica de la desconexión total. Más bien, advierte, se trata de encontrar un camino de equilibrio que nos permita apropiarnos de las nuevas herramientas digitales sin entregarnos a ellas. “Ser auténticos ciudadanos digitales que se apropien de estas tecnologías y no al revés, que los teléfonos sean lo más inteligente de cada persona”, concluye el autor.
Son estas nuevas herramientas las que empiezan a producir transformaciones no sólo en la vida cotidiana sino también profesional. Así, varios de los artículos exponen los desafíos que se presentan frente al ejercicio tradicional del periodismo. Es el caso del trabajo de Laura Cervi en “El periodismo ciudadano: ¿amenaza u oportunidad para el periodismo?”. Los avances tecnológicos ofrecen un nuevo panorama en el que un ciudadano común tiene, a través de su teléfono celular, casi las mismas herramientas a las que antes sólo accedía una redacción profesional completa: procesador de texto, cámara de fotos, grabadora de audio y herramientas de edición. Los ciudadanos pasan de ser sujetos pasivos de información a tener la capacidad de producir y transmitir sus propias informaciones, incluso en tiempo real. Este fenómeno provocó lo que en Europa se denominó “periodismo móvil”, que particularmente pudo observarse en atentados terroristas o catástrofes naturales, cuando los ciudadanos comunes obraron de “corresponsales” en el lugar de los hechos. El artículo realiza un recuento histórico y teórico de cómo se abordó el fenómeno: en un principio fue observado como una amenaza a la tarea del periodista, tal como expresó la Federación de Asociaciones de Periodistas Española (FAPE) cuando sostuvo que “no es periodismo ni ciudadano”. El fenómeno, claro, abre la puerta a nuevos problemas: la calidad y objetividad de la información y la amenaza sobre la existencia misma del rol del periodista. La autora del artículo esboza, sin embargo, una posición intermedia: el periodismo ciudadano no es el fin del periodismo sino la apertura hacia una nueva era. Allí, la democratización de la información jugará un papel fundamental. Pero no será el fin del rol del periodista como tal: en todo caso, sostiene la autora, se transformará hacia un nuevo espacio, en el cual el periodista tendrá una tarea de contextualización de la información que el periodismo ciudadano aún no cumple.
Pero quizás el aspecto más interesante que hace del libro un trabajo valioso y destacable lo encontremos en el segundo bloque. Allí, y como parte de las respuestas que se buscan a esas preguntas, el trabajo nos presenta cerca de sesenta herramientas. Se trata de recursos, plataformas e instrumentos que fueron recolectados por este grupo de estudiantes tras una minuciosa y atenta búsqueda y que son puestos a disposición del lector de una manera muy ordenada. Las herramientas están clasificadas de acuerdo a cinco grandes apartados: Buscar, Analizar, Escribir, Visualizar y, finalmente, Colaborar y organizar. Así, cualquier investigador, profesional o periodista puede abordar la lectura del libro pero, al mismo tiempo, avanzar directo hacia la resolución de algún problema práctico en su ámbito laboral. Allí encontraremos plataformas para la gestión de redes sociales, herramientas de automatización de publicaciones y todo tipo de recursos web para optimizar los relatos periodísticos con formatos digitales y audiovisuales acordes a la época.
El trabajo nos permite de esta manera dar con las herramientas que previamente fueron analizadas para observarlas, utilizarlas y, por qué no, crear ahora nuevas preguntas sobre su utilización. Así, el libro adquiere una característica dual entre la aproximación teórica y las herramientas prácticas para el uso profesional. El documento se revela así como una suerte guía y libro digital que puede ser consultado con fines diversos.