Por Germán Celestino y Monti*
Formas y recorridos para comprender la digitalización de los medios
Es imposible adivinar el futuro, pero sí podemos describir detenidamente el presente y revisar retrospectivamente nuestras actitudes en el pasado. En esta nota les proponemos una aproximación a los conceptos de base de datos y algoritmo vistos desde la teoría de los nuevos medios digitales; a partir de ellos, adentrarnos en un recorrido por las redes de fibra. Para intentar comprender los procesos de la digitalización, elaboramos este pequeño tejido de hilos de luz en un mar de bits navegando por la corriente de las ondas electromagnéticas del éter. Una imagen que es un paisaje, en él viajan nuestros actores: ellos serán los protagonistas de esta historia. Pero, ¿quiénes son ellos? Dejémonos llevar hacia el maravilloso mundo de la digitalización.
Los medios analógicos miraban la realidad: sus dispositivos técnicos y su representación se desarrollaron registrando directamente las cosas. Ahora que los medios analógicos se han digitalizado, los medios digitales son los que miran a los medios analógicos y los registran. Y lo realizan operando con dos grandes paradigmas: el de la base de datos y el de los algoritmos.
La base de datos es el modo fundamental en que operan los medios digitales. En el proceso de digitalización, los datos de la información se convierten en dígitos (en números) ordenados en una matriz que permita su indexación. La forma propuesta por los medios digitales es la construcción de bases de datos donde encontramos en simultáneo toda la información digitalizada. De alguna manera, la forma de la base de datos espacializa la información (fácilmente reconocible en la construcción de grandes archivos, repositorios y bibliotecas digitales).
Nuestra experiencia es temporal: cuando consumimos los bienes culturales, pasamos un tiempo explorando una imagen, viendo una serie por televisión o escuchando una canción. En los medios digitales, esta forma temporal está dada por los algoritmos (por ejemplo, los algoritmos de búsqueda). Los medios digitales promueven el acceso a la base de datos a través de algoritmos (ecuaciones numéricas) que organizan la experiencia temporal en la que se accede a la base de datos de una manera particular. La forma algoritmo es claramente reconocible en la manera en que se elaboran los playlist por palabra clave¹.
En la actualidad existen los llamados nativos digitales, en nuestro caso, los nuevos usuarios, consumidores, sujetos de políticas públicas. Los digitales experimentamos un mundo mediático del remix y el mash-up: un mundo donde la materia es la digitalización de los medios y no la realidad. El sitio web paradigmático de la era digital es YouTube: funciona como un inmenso reservorio audiovisual al que se sube material en VHS, filmaciones caseras, programas televisivos o gameplay. A su vez, genera nuevas formas de relacionar material (playlist, canales) y de generar contenidos: los mismos medios tradicionales vuelven a YouTube como repositorio en busca de materiales que le sirvan para sus programas.
Imaginemos un gráfico de doble entrada donde el eje Y sea la dimensión espacial y el eje X la dimensión temporal. La base de datos se despliega en el eje Y ocupando una porción de espacio en paradigma, allí descansan todas las opciones que podrían ser presentadas al usuario. Como potencialidad, la base de datos contiene todas las opciones, aunque en particular sólo pueden ser importantes las que coinciden con cierta lógica de construcción del relato en su ubicación temporal. La dimensión temporal del eje X presenta una tras otra las decisiones construyendo una narración. Los algoritmos deciden cuál de todas las opciones posibles en un momento dado será la indicada. Así se dará forma al sintagma. La base de datos constituye el cuerpo y el algoritmo, la estructura del relato. En un playlist de YouTube pueden ofrecerse distintos materiales según distintos criterios de búsqueda o palabras clave. La suma de los materiales disponibles, indexados por palabras clave (o tags) es puesta en forma a través de los algoritmos de selección.
Entender esto nos ayuda a visualizar la manera en que la digitalización se manifiesta de manera concreta en las formas actuales. Y como al personaje de Neo en el final de la película Matrix (1999), de los hermanos Wachowski, ver el código detrás del funcionamiento de la digitalización nos ayuda a entender el presente y pensar el futuro.
La clave de la digitalización es la manera en que se indexan las bases de datos y el código con el que los algoritmos toman las decisiones.
“Echemos un vistazo al paisaje mediático del mañana, cuando podrás cambiar entre cualquier señal de televisión del mundo entero y la TVGuía será tan gorda como la Guía Telefónica de Manhattan”.
Nam June Paik (artista de vanguardia precursor de las transmisiones globales de televisión, considerado el padre del videoarte) comienza con esta cita su clásica cinta de video “Global Groove”. La guía telefónica, ese pequeño listado de la era pre-digital registra a cada persona con teléfono asociada a su número; la TV Guía, la información de la programación de los canales de televisión existentes. La fusión que propone Paik entre televisión y teléfono convierte a cada usuario en propietario de un catálogo de sus pequeñas producciones de aficionado, sus gustos como televidente y sus opiniones sobre el flujo televisivo: eso es YouTube. No es casualidad que el logo de YouTube haya estado profundamente inspirado en el de la vieja TV Guía.
Zanjar la brecha
Existe una pequeña tradición de explorar los aparatos utilizados para entender la relación del usuario con las nuevas tecnologías. El televisor analógico transistorizado, junto con las transmisiones en colores, introdujo en los hogares argentinos de clase media el segundo televisor. Las pantallas a color ocupaban el living de los hogares y los pequeños televisores portátiles en blanco y negro pasaban a la habitación de los chicos. Con ellos se abrió un mundo de usos posibles, las microcomputadoras ensambladas en el país eran el juguete preferido para disfrutar de ese nuevo entretenimiento que fueron los juegos de video. La red telefónica conmutada de ENTEL se expandía por los hogares y algunos modem de 1200bps (algo así como mil veces más lenta que las conexiones actuales) conectaban las pequeñas micro-computadoras de los televisores blanco y negro de los chicos con las BBS (esos foros primitivos que fueron el comienzo de las redes sociales). Esta fue la ecuación experimental de los chicos geek de clase media de una capital de provincia a mediados de la década del ochenta. Videojuegos, televisores pequeños y computadoras interconectadas son los padres tecnológicos de los actuales celulares y tablets.
La relación entre este experimento de la década de los ochenta y la explosión que traerá la existencia de 4 000 000 de nuevos consumidores digitales en el momento en que las netbooks del plan Conectar Igualdad se conecten con la red de fibra óptica del programa Argentina Conectada podrá ser la manera de entender futuros escenarios regulatorios y de negocios.
En Argentina prácticamente hay un celular por habitante convirtiéndolo en el medio de mayor inserción, nuestro pueblo es eminentemente nómada y auditivo. Las comunidades de los pueblos originarios, las asociaciones de inmigrantes y los diversos cultos que se profesan en estas tierras tomaron reciente visibilidad en un debate que parecía no tener nada que ver con ellos: La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reserva iguales proporciones del espectro de las ondas hertzianas al estado, al privado y a las comunidades.
Hoy existe una red de fibra óptica pública entre los estados provinciales, un mismo sistema de televisión digital adoptado por la mayoría de los países de la región (el estándar japonés modificado en Brasil ISDB-T) y millones de netbooks del plan Conectar Igualdad, del plan Sarmiento del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, del Ceibal en la República Oriental del Uruguay y de Canaima Educativo en la República Bolivariana de Venezuela, por citar sólo algunos. Las netbook interconectadas a través de un servicio mayorista de banda ancha público, utilizando una nueva distribución local de software libre como Huayra GNU/Linux², pueden disparar senderos no predecibles en las cabezas curiosas de las niñas y adolescentes latinoamericanas. La primera programadora del mundo fue una mujer, Ada Byron. ¿Cómo serán hoy las nuevas geek del altiplano-conurbano?
El altiplano y el conurbano resumen el pensamiento etnocéntrico de quien suele viajar por avión o autopista desde el centro de una ciudad capital hacia los sitios certificados de veraneo o hacia los centros de la vieja Europa, sin pasar siquiera tangencialmente por estas oscuras zonas donde se depositan todos los males de la brutalidad bárbara. Bajar de la autopista o visitar las provincias lejanas sólo tendrá lugar en las fantasías documentales de la televisión de trasnoche o los registros de cámaras de seguridad estratégicamente ocultas para testimoniar el delito. Los suburbios y el interior, (“vive en provincia” o “vienen del conurbano”) son la tipificación desde donde se han construido las redes privadas (del telégrafo, de la televisión por cable, de la banda ancha). Democratizar las redes de información es una tarea fundamental para zanjar esta brecha entre pobres y ricos.
“La cultura es entonces prioritaria a la tecnología y no existiría ésta sin cultura, lo cual ya nos lleva a otro punto. Si todo lo referente a la tecnología viene fundido a una cultura, surgiría otra sospe cha. Si se discute sobre tecnología sin subordinarla a la cultura, se podría pensar en una forma de imperialismo, porque la tecnología tal como la aceptaríamos pertenece a otra cultura y no a la nuestra. Podría ser cultura rusa o cultura europea liminal, como lo es la norteamericana.” -Kusch (1976)³.
Lo global y lo local
El diálogo entre las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la Televisión Digital Terrestre (TDT) aparece en la articulación de medios locales con apps globales. La internacionalización propia de internet la convierte en un soporte indudable de la globalización, en cuanto a su capacidad para diluir las fronteras. Al acelerar la información a la velocidad de la luz, el espacio desaparece en la simultaneidad de la red. La capacidad de la fibra óptica para las comunicaciones multidireccionales en directo es un fenómeno que en los próximos años devendrá masivo. El poder de los grandes medios satelitales obviamente intentará ocupar nuestra fibra con sus mensajes unidireccionales, tal es el caso actual de corporaciones “transparentes” como Facebook o Google. Sin embargo, internet, la banda ancha y la fibra óptica son tecnologías que distan mucho de las viejas redes broadcast del cable y el satélite; su propia topología interconectada y la multidireccionalidad manifiesta aseguran un cierto margen para prácticas comunicacionales más amplias. Además, los grandes tanques de la comunicación empujan el uso de las nuevas redes y, en ese crecimiento, otros podemos beneficiarnos de ese empuje. Más usuarios interconectados a altas velocidades de internet crean mejores oportunidades para los foráneos y para los locales. A diferencia de las viejas tipologías de datos, que solamente eran bocas de expendio (outlet) de las majors evidenciado en su tecnología de ancho de banda asimétrico, las redes ópticas proponen un crecimiento más o menos equilibrado, más o menos permeable a las fronteras, pero significativamente más abierto en cantidad de jugadores que permite un escenario de mayor intercambio entre regiones, visiones y culturas.
Como complemento perfecto, la TDT es el anclaje al territorio desde la localización de la planta transmisora, hasta su huella en un radio próximo. La televisión sincroniza a los habitantes de ese espacio en un flujo propio que los aleja de la alienación de los círculos individualizados de las redes sociales internéticas.
La televisión digitalizada y programada es un potente difusor centrípeto (hacia adentro) de la cultura de un pueblo, refuerza su frontera y unifica sus lazos comunitarios. La TDT, como la radio AM, son fundamentales en la construcción de un entramado social común a un pueblo que se identifica con las particularidades de su terreno. Habrá tantas televisiones locales como capas superpuestas puedan conformar voz en ese territorio. En un principio, serán al menos tres: la pública, la privada y la comunitaria. La privada no distará demasiado de la oferta homogénea y globalizada del cable (que organiza nuestro territorio en un mundo de 80 pobres señales de baja resolución entre porteñas y estadounidenses). La pública será la expansión de este nuevo servicio que hemos dado en llamar Televisión Digital Abierta y que propone un paquete básico de señales nacionales de alta calidad técnica y expresiva, con nuevas señales universitarias y provinciales que irán apareciendo. Por último, ese tercer sector que reservamos con el 33% de espectro y que todavía no hemos descubierto porque ha estado silenciado durante nuestros 60 años de Comunicación Audiovisual en el Argentina.
Ambas, la Fibra Óptica y la TDT, conforman el paisaje mediático del mañana. Esperamos, parafraseando a Nam June Paik, echar un vistazo y espiar cómo será ese momento mágico.
* Es Licenciado en Realización de Cine, Video y TV de la Facultad de Bellas Artes (UNLP). Ha sido docente de la carrera de Diseño Multimedia de la Facultad de Bellas Artes (UNLP) y de la carrera de Diseño Visual del Departamento de Humanidades y Artes (UNLa). Actualmente prepara su Tesis de la Maestría Interdisciplinaria en Estudios sobre Servicios de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).
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¹ Conceptos expuestos por el profesor Lev Manovich en su libro El lenguaje de los nuevos medios (2005, Buenos Aires, Paidos).
² Huayra GNU/Linux es la distribución de Software Libre impulsada y sostenida por el programa Conectar Igualdad del Ministerio de Educación de la Nación. (puede conseguirse en http://huayra.conectarigualdad.gob.ar/). Está basado en Debian GNU/ Linux, una distribución con 15 años de historia que utiliza los nombres de personajes de la película Toy Story de Pixar para sus versiones: http://www.debian.org/intro/about.es.html. GNU es una filosofía impulsada por Richard Stallman a mediados de los ochenta para promover acciones concretas en la manera en que se distribuyen los programas informáticos. Puede leer más en http://www.fsf.org/. Linux, por su parte, es el núcleo de los Sistemas Operativos creados sobre la base de esta filosofía de programación. En la actualidad, existen innumerables programas y proyectos relacionados en mayor o menor medida con el software libre. Algunos de los más conocidos son el sistema operativo de los teléfonos celulares y tablets Android o FirefoxOS y el sistema operativo de la mayoría de los servidores donde se encuentran las páginas de internet que visitamos normalmente como Centos o Red Hat Fedora. Un programa de código abierto puede ser leído por una persona alfabetizada en informática o un programador, quien puede utilizar todo o parte de ese código para mejorarlo o crear obras derivadas. Para más información sobre el trabajo artesanal de los programadores de Software Libre puede leer El Artesano (Richard Sennett, Anagrama. 2009).
³ Kusch, Rodolfo (1976): Geocultura del Hombre Americano. Buenos Aires, Fernando García Cambeiro.