Entrevista al periodista y abogado Mariano Suárez, autor del libro “La televisión sublevada” y a Natalia Vinelli, directora del canal Barricada TV.
POR EMILIA RACCIATTI (*)
@emiliaracciatti
La historia de Barricada TV comenzó al compás de lo que fue el movimiento piquetero, se fue desarrollando al calor de los avances en la legislación de comunicación y continúa en un escenario de concentración mediática inédita en la Argentina. Las batallas del primer canal de televisión alternativo, popular y sin fines de lucro en integrarse a la grilla de la TDA fueron condensadas por el periodista y abogado Mariano Suárez en el libro “La televisión sublevada”, publicado por Ediciones CTP. En el cuarto piso de IMPA, la fábrica recuperada en la que trabajan los integrantes de Barricada, Revista Fibra entrevistó a la directora del canal, Natalia Vinelli, y al autor del libro para hacer un repaso de las conquistas, los desafíos y las batallas de la comunicación popular.
¿Cómo se gestó Barricada TV?
NV: En la segunda mitad de los 90 un grupo de compañeras y compañeros trabajamos con las experiencias que formaban parte de cine piquetero, integrado por grupos de cine y videoactivismo como Boedo Films, Cine Insurgente, Alavío, que son parte de DOCA (Documentalistas de Argentina). Hacíamos un trabajo de acompañamiento, siguiendo el pulso de lo que fue el movimiento piquetero. En el post 2001 militábamos en el Movimiento Teresa Rodríguez y se empezó a construir la idea de montar un canal de manera itinerante. No tenía un lenguaje relacionado con la televisión, así que empezamos a trabajar con Cine Insurgente en un curso de capacitación de lenguaje audiovisual y en 2008 surgió el primer grupo de Barricada TV. Con un acuerdo político con los trabajadores de IMPA empezamos a construir los estudios. En 2010 prendimos el transmisor y seguimos adelante. Primero en analógico, después en digital.
¿Cómo nació la idea del libro?
MS: Barricada es una excepción dentro del sistema de medios. No hay que explicar por qué La Nación + o CN23 están en la grilla, pero sí por qué está Barricada. Otra respuesta más personal es que vengo trabajando hace veinte años en los medios comerciales donde ante los déficits periodísticos uno le puede echar la culpa al patrón, a la línea editorial, a que no hay taxi para cubrir una nota, todos los déficits de nuestro ejercicio periodístico tienen un mecanismo exculpatorio. En los medios autogestivos ese sistema de excusas no está y te obliga a trabajar con una libertad que implica que cuando hay un defecto, si una nota no se hizo es porque no la priorizaste y trabajar con ese campo de libertad supone una complejidad. Es difícil ese desafío y a Barricada a veces le va bien.
¿Cómo definirían la relación con el Estado desde la creación del canal?
NV: Siempre es una relación desigual y no está exenta de tensiones de todo tipo. Cuando empezó la discusión de la ley de servicios de comunicación audiovisual, la primera lectura fue que si no interveníamos en ese debate nos quedábamos afuera. Eso nos llevó a leer el proyecto de ley y plantear reivindicaciones para el sector. Por ejemplo, pensar cómo nos nombraban, que no sea como medios sin fines de lucro sino como alternativos y populares. Eso tenía que ver con cómo se iban a llevar adelante para los concursos del sector porque si el pliego dice que tenés que declarar empleados y los medios autogestivos no tenemos empleados porque somos pares en un trabajo que funciona de manera cooperativa, ya desde el vamos quedábamos afuera. Hubo un período muy largo de movilizaciones para que los concursos se hicieran, nos contuvieran y que hubiera política de fomento para el sector. Logramos destrabar la situación y generar un diálogo. Empezaron a funcionar los Fomeca, se convocaron a algunos concursos y fuimos convocados a pensar cómo debían ser esos pliegos. De todas maneras, la cantidad de medios que llegamos a concursar y a ser legalizados somos una ínfima minoría en relación a los medios comunitarios o sin fines de lucro. Eso queda como deuda. En la transición con este gobierno pasamos de ser un sujeto reconocido, destinatario de políticas públicas, a ser sospechosos, tuvimos que demostrar que habíamos ido a concursos, que habíamos sido transparentes, que esa plata se había ejecutado. En estos dos años la pelea fue para que los Fomeca siguieran, se sostuvieran, para que se abrieran nuevas líneas, se hicieran en tiempo y forma, que hubiera nuevos concursos que todavía no hay, que se respetara nuestro derecho adquirido y dejara de interferirnos Canal 13. Seguimos atentos al proceso de habilitación intentando que el Enacom siga pagando los Fomeca, que vaya cancelando la deuda y ese avance pero en términos súper lentos entonces la relación es más conflictiva para el sector.
MS: Los medios del sector comunitario venían de una larga tradición en la que el Estado era el que perseguía, decomisaba. Cuando cambió paradigma es normal que haya una cierta tensión a la hora de construir esa relación con el Estado. Uno de los méritos de Barricada es que tuvo esa contradicción pero la resolvió rápidamente.
En el libro queda expuesto el embate judicial de los grupos concentrados en la implementación en la TDA. ¿Esa fue la principal estrategia de ese sector?
MS: La estrategia que dieron los medios comerciales fue la de judicializar la totalidad de los actos administrativos, cada decreto, cada resolución, cada ley. Hablamos de cientos de actos administrativos que formaron parte de todo el plan de digitalización. Eso les permitía generar un escenario para después sentarse a negociar con el Estado. Pueden hacerlo porque cuentan con recursos infinitos y porque someten a sus contrapartes a una dinámica de trabajo que probablemente no pueden sostener. Nuestro único elemento para contrarrestar eso es la prepotencia de trabajo. Ellos tienen un ejército de abogados y procuradores, una veintena de causas judiciales abiertas y nosotros tenemos el esfuerzo. Parte del éxito en el aspecto judicial es que logramos morigerar esa terrible asimetría.
Barricada tuvo a Canal 13 reclamando el primer día del gobierno de Macri por un conflicto que llevaba meses…
MS: Canal 13 y toda la cámara empresarial judicializó desde el principio el plan nacional de digitalización, sabiendo que los procesos judiciales son largos y eso termina resolviéndose en otro gobierno. Fue lo que hicieron porque cuando cambió la vocación estatal y los jueces federales, que son los que resuelven los casos en los que ellos se mueven, entraron en una nueva fase en su estrategia judicial para aniquilar los derechos que se habían ganado. Desarrollamos cierta política de activismo judicial para defender los derechos conquistados y hubo trabajo en los distintos planos: un posicionamiento autónomo en cada gobierno, se decidió jugar en la calle y en el terreno judicial.
NV: Hubo también un diálogo permanente con la Defensoría del público que nos permitió ir chequeando, construyendo las medidas presentadas. Además, hubo presión constante en la calle, el desarrollo del trabajo institucional con diputados y diputadas, con organismos internacionales y con el ámbito académico.
¿Cómo es el vínculo con la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual?
NV: Algunos integrantes vienen del sector y lo conocen en profundidad entonces tienen respeto por el laburo que hacemos sin subestimación. Hay un seguimiento de las demandas de nuestras audiencias, asesoramiento y capacitación. Hoy en día, en una situación de acefalía porque desde que terminó su mandato Cynthia Ottaviano no hubo nueva autoridad, cumple un rol más fuerte. Siguen el desarrollo de los Fomeca, dialogan con el Enacom para posibilitar un tránsito exitoso de esos Fondos, le prestan servicios de capacitación a los medios comunitarios.
Después del dictado de decretos para modificar la LSCA se conformó una comisión que trabaja en un nuevo proyecto de comunicaciones convergentes. ¿Fueron convocados?
NV: No, pero hubo otros sectores de medios comunitarios que sí. No conocían a los distintos sectores que componen este universo. Los convocados iban y expresaban su opinión y del otro lado no había una respuesta que se viera en algún lado. Además, es muy difícil intervenir si no está el texto. Ahora el texto circula y podemos hacer planteos más concretos. Hay algunas partes que de la LSCA que están iguales en el proyecto de ley de comunicaciones convergentes entonces hay una demonización de la ley anterior, como los puntos que tenían que ver con la concentración, pero en otros la están refritando.
¿Cuál creen que debería ser el eje del proyecto en relación a los medios comunitarios?
NV: Son planteos muy concretos que tienen que ver con lo que era el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (COFECA), que fue cambiado y es un aspecto importante porque refiere al fútbol y a la definición de los eventos de interés. El organismo que se está planteando es mucho menos deliberativo, tiene mayoría automática, hay menos diversidad y está mucho más vinculado al ejecutivo. Además, planteamos el mantenimiento del 33 por ciento, las políticas de fomento. Lo importante no es solo que esté el texto sino que se convierta en realidad porque si después hay un montón de mecanismos burocráticos que hacen que todo demore un año y medio, un proyecto que presentás en 2016, lo cobrás en 2018 y ya no lo podes ejecutar como lo habías proyectado. También pensamos que deben abrirse más concursos y que la situación de legalidad pueda ampliarse para que seamos más canales y radios legalizados porque esa es la única manera de que el sector pueda ser más fuerte.
MS: Aún siendo evidente que para el gobierno el sector no lucrativo no ocupa un lugar importante en su política pública, el hecho que elaboren un proyecto y que en la formalidad de los enunciados no retrocedan sobre lo que ya está legislado, me parece que es un valor social que ganó el sector. Las licencias que se han otorgado en estos años demuestran que no hay ninguna voluntad con cumplir con el texto de la ley o sobre la regulación de la grilla del cable a establecer alguna clase de limitación a los cable operadores para que eso no quede librado a la discrecionalidad de las grandes empresas. Los canales de la TDA van del 11 al 36 y para los canales comunitarios hay uno solo. ¿De qué modo se hace una cuenta para decir que ese es el 33 por ciento? ¿Cuál es la reserva para que haya una tendencia de cumplimiento de eso? Eso no existe.
Mariano, sos abogado de Barricada y de Pares. ¿Qué características ves en los dos canales en relación a la intervención en la comunidad?
MS: Tienen perfiles distintos. Barricada TV tiene un perfil más político. Quizás desde el plano periodístico tiene algunos valores como que le da voz a muchas fuentes de información que no están en los otros canales y que se inscriben en cierta tradición de las fuentes populares como lo que hizo Walsh en la CGT de los argentinos pero también desde un punto de vista clásico me parece interesante la forma de aproximación al hecho periodístico. En Estados Unidos está estudiado que por cada cinco puestos de trabajo de cinco graduados en periodismo hay cuatro que trabajan en publicidad y uno que trabaja como periodista en un medio de comunicación. Casi toda la información que llega a las redacciones tradicionales llega pre digerida por un agente de prensa. En ese sentido, Barricada recupera cierta metodología con las fuentes de información propias del periodismo clásico que se perdieron. Comparten cierto rigor de un trabajo profesional que les permitieron sostenerse y mantener cierta cantidad de horas de aire, haber cumplido con el requerimiento del Estado.
¿Cómo fue cambiando la relación de Barricada con su comunidad en estos años?
NV: Nuestra primera comunidad es sociológica, no territorial. Es la de las fábricas recuperadas, donde nos insertamos muy rápidamente. Se generan situaciones de mucho acompañamiento. Barricada es una herramienta de ese sector social, para hacer escuchar su voz, difundir sus problemáticas pero no solamente en ese sentido instrumental sino también acompañándonos mutuamente en nuestras peleas. Después, trabajamos más la pertenencia con la Comuna 5 que es donde funciona Barricada, trabajando las expresiones culturales en un sentido amplio. Hay centros culturales, centros de salud, clubes barriales que mantienen lazos importantes. Los vecinos nos van contando cómo lo ven, si lo captan. También se acerca gente con propuestas de programas, gente que pasa, pregunta y sube porque quiere conocer el canal.
En un escenario de comunicación concentrada, ¿cuál es el desafío mayor para Barricada?
NV: El principal es salir de ese lugar de excepción porque en un escenario de concentración que Pares, Barricada, Urbana estén en la TDA cuando del otro lado ves fusiones casi sin precedentes, como la de Cablevisión-Telecom que profundizan el grado concentración del mapa de medios en el país, algo no está bien. Porque si el discurso es “somos plurales porque están estos tres canales”, hay que compensar eso. Si no hay políticas que profundicen ese 33 por ciento, si no hay más canales, más radios que puedan sostenerse con mecanismos de autogestión, quedamos en el lugar de la justificación de la pluralidad y no en la posible intervención significando una alternativa en la TDA.
¿Y cuál es el desafío mayor en el plano judicial, con un poder que es casi un brazo del ejecutivo?
MS: El objetivo más inmediato es lograr la habilitación definitiva que está en trámite pero hasta ese momento jurídicamente el canal está en una situación de cierta precariedad. Cuando Barricada ganó el concurso había 180 días para que se otorgara la habilitación definitiva y eso venció en mayo de 2016. Hay un amparo abierto pidiendo al Estado que proceda a habilitar el canal.
NV: Venimos de presentar el certificado de inspección técnica que son los últimos papeles que nos reclamaban. Si nos habilitan seríamos los primeros canales habilitados en la TDA, entre los comunitarios y los comerciales. Durante todo el año de interferencia de canal 13 se dio una situación paradójica donde un canal comercial que no tenía sus papeles en regla interfería a un canal comunitario que sí tenía sus papeles en regla.