La innovación en la industria audiovisual llegó a la alfombra roja.
Pablo Manzotti (*)
Mientras que en los premios Emmy comienzan a aparecer entre los candidatos —e incluso entre los ganadores— actores como Netflix o Amazon, en el premio local de la televisión, los Martín Fierro, todavía no ven el cambio y siguen mirando la TV como en los 80. Nuevas tecnologías, nuevos formatos y nuevos contenidos comienzan a abrirse paso en el camino hacia los grandes premios de la industria.
Desde hace un tiempo, las producciones audiovisuales comenzaron un proceso de transformación. Primero, el cambio tuvo que ver con que las series y películas que veíamos en la TV ahora estaban disponibles para ver online —algunas, teníamos que descargarlas, pero poco a poco empezaron a estar también en plataformas para ver en streaming—, pero eso no quedó ahí. Los consumidores de series de TV y de películas queremos ver lo que nos gusta en el momento en que nosotros queremos y no cuando la grilla televisiva lo dice.
Eso lo vieron empresas como Netflix, HBO, Amazon, y empezaron a lanzar series y miniseries pensadas ya no para televisión sino para ver directamente en las plataformas online. House of Cards es uno de los casos paradigmáticos que, desde su primera temporada, Netflix publica todos sus episodios en el mismo día del lanzamiento —en lugar de seguir con la costumbre de cumplir con una periodicidad semanal o diaria— para que la audiencia pueda elegir si se encierra un fin de semana completo a ver toda la temporada o si lo hace de a pequeñas dosis, repitiendo la tradición (eso sí, pudiendo elegir cuándo ver cada episodio).
Estos cambios en la industria de los contenidos audiovisuales se están empezando a reflejar en las entregas de premios. El ejemplo más claro hasta el momento son los Emmy, que son un parámetro por excelencia, porque crecieron muchísimo en cuanto a la llegada de su transmisión a nivel global.
De hecho, los que organizan los premios Emmy son lo que mejor entendieron los movimientos que está teniendo la televisión a nivel tecnológico. Por ejemplo, en 2014 fue el primer año en que se vio el cambio porque fue la primera vez que entró Netflix como productora, como “canal de televisión”.
Uno de los creadores de Netflix, al que pude ver en la fiesta de los premios, fue el que gestionó todo para lograr hacer que Netflix entrara como productora. Sin embargo, la corporación de la televisión le había cerrado el camino y ese año no recibieron ningún premio, de hecho, les habían bajado todo. Ya al año siguiente, en 2015, empezaron ganando, y también ganó Amazon. Entre un año y otro hubo un importante crecimiento, y lo interesante es ver la puja que empieza a haber entre la televisión tradicional, que le marca la cancha a los nuevos jugadores, y todo el nuevo negocio que está creciendo. A pesar de que HBO haga todo lo posible para lograr todos los años la mayor cantidad de estatuillas, Netflix empieza a ganar terreno porque empieza a saber qué le gusta a la audiencia, midiendo en función de algoritmos.
Por otro lado, para acercarnos un poco a lo que se vive acá, en los premios Martín Fierro el ambiente en general ya es distinto. Es muy fuerte la presencia de la política de televisión argentina y, algo que no me parece menor es que en los Martín Fierro todavía no se está interpretando el cambio de la televisión. Todavía lo que pasa en esta premiación está muy ligado a la agenda política del país, por lo que termina pareciendo una tribuna. Es cierto que esto no es algo de ahora, en todas las épocas hay temas del ámbito político nacional que se ven reflejados en los discursos de los premiados en los Martín Fierro. Esto también pasa en los Oscar y en los Emmy con algunas temáticas.
Pero lo que realmente se destaca es que en APTRA están viendo la televisión de los 80, en cuanto a cómo organizan las categorías, cómo seleccionan. Van privilegiando a la estrella por sobre el contenido, ya sea a Marcelo Tinelli o Jorge Lanata, no hay un análisis de contenido. Todavía peor es la situación de los Martín Fierro de cable, que ni siquiera considera la TV satelital.
Desde APTRA no están entendiendo el cambio. Que durante el fin de semana —con todo lo que tenga de arbitrario el rating—, Casados con hijos le gane a Mirtha Legrand, que es el tanque del fin de semana, hay algo que no están viendo. A Tinelli le estuvo ganando una telenovela que ya tiene dos años desde que se lanzó, y que se puede descargar. La televisión abierta tiene una generación que no ve televisión abierta, está mutando en contenido; el televidente está buscando ver cable en televisión abierta o están yéndose al cable. Quienes hacen televisión deberían entender que los formatos también tienen un tiempo.
El problema de las categorías
Hay un problema que es común a todas las premiaciones, incluyendo a los Oscar, que tiene que ver con los discursos genéricos. Por ejemplo, por qué Mad Men compite con alguna serie que quizás no tiene tanta relación, o por qué no hay una categoría de ciencia ficción, que es algo que se debate actualmente. Eso es lo que lleva a que, en los premios más importantes al cine, siempre resultan ganadoras los dramas y por qué nunca va a ganar Batman, Volver al futuro o una comedia. Esto también pasa en las premiaciones nacionales como los Martín Fierro.
Las ceremonias de premios: organización vs. caos
Existe una diferencia fundamental entre las premiaciones como los Oscar o los Emmy con los premios Martín Fierro, que es que allá todo suena mucho más aceitado que acá, donde todo es más caótico.
En los Martín Fierro sabés a qué hora empiezan pero no cuándo terminan, y desde la organización no trabajan sobre los discursos de los ganadores de los premios, entonces tenés discursos que se hacen interminables. En cambio, en los Emmy ya tienen todo un sistema y es el presidente de la academia de televisión el que se presenta antes de que empiecen los premios y es el que cuenta un poco lo que se va a ver.
Entonces, a pesar de que tanto una ceremonia como otra son aburridas, allá entregan muchos premios antes de la televisación, como toda la parte técnica, y hacen televisivos los premios más interesantes. Otro detalle es que los presentadores no son periodistas, sino que son personajes muy completos, entonces eso también hace a la ceremonia.
Cambios para tener en cuenta
Tanto desde el aspecto técnico como desde el conceptual, lo importante es entender que hay un cambio en el lenguaje audiovisual. Lo conceptual, en el ámbito local, tiene que ver con que puedas realizar una ficción como Historia de un Clan, que implica entender la idea del cambio televisivo, por dónde va la normativa audiovisual hoy en día.
Desde el desarrollo de los personajes de una manera que antes no se podía hacer; el desarrollo de una historia en el formato miniserie, que te da una cantidad de tiempo para construirles un universo propio; contar con recursos de producción que antes eran imposibles porque tenías que hacer todo en estudio; lecturas de composición, para generar una sensación de que estaba más ligada al cine. Sobre esto, me interesa remarca que, a pesar de que la televisión utiliza conceptos cinematográficos, el cine y la TV son dos cosas diferentes. Sin embargo, el 80% de los integrantes de APTRA no puede hacer este análisis. Son personas que pertenecen a otra época del periodismo, no están en las redes, no hacen un seguimiento de las películas que no se estrenan acá, como puede ser el ejemplo de Green Room. Tiene que ver con una postura cultural, pero la realidad es que ya no te podés quedar atrás.
(*) Periodista de cine, TV y música. Autor del libro Seriemania. Columnista en el programa de radio No Somos Nadie (Metro 95.1) y escribe sobre series en LaNacion.com. En Twitter es @manzottipablo.