Nuevas herramientas para la producción televisiva
Por Diego Rodríguez
La producción de contenido y la programación de canales de televisión han tenido que diversificar sus flujos de trabajo para abastecer la gran cantidad de negocios emergentes del nuevo contexto de convergencia IT en la industria de contenidos audiovisuales para la televisión. ¿Cuáles son las ventajas que ofrece el flujo de trabajo definido por un entorno tapeless?
La industria televisiva está cambiando, nadie lo va a discutir. Si vemos a nuestro alrededor, todo lo relacionado al producto televisivo está cambiando, desde los formatos de contenidos audiovisuales, los hábitos de consumo, la provisión del servicio, las redes y los medios de transmisión, los terminales y reproductores, el momento de visualización, la interactividad con el medio, y otras tantas variables que conforman al mundo de la oferta de contenidos audiovisuales. Pero detrás de todas estas variables de cambio y sus nuevos valores, hay una enorme infraestructura que ha tenido que adaptarse y migrar a nuevas soluciones y prácticas para poder sostener tales mutaciones y adaptaciones que el mercado empezó a exigir.
Estamos hablando del área de producción, la cocina del servicio audiovisual, donde el contenido es creado, toma forma, pasa a ser parte de un servicio, toma identidad y es puesto a merced del televidente o consumidor, quien tira de la soga constantemente haciendo que esta máquina nunca se detenga y marche al ritmo que el mercado imponga.
La producción de contenido y la programación de canales de televisión, como parte de un conjunto, ha sufrido la explosión de los nuevos hábitos de consumo y las nuevas necesidades del negocio, teniendo que diversificar sus flujos de trabajos para abastecer la gran cantidad de negocios propuestos por la compañía proveedora de contenidos o generadora de canales de televisión.
Lanzamiento de canales en alta definición, regionalización de canales de televisión, publicidad y promociones localizadas, aumento de presencia gráfica, gráficas dinámicas, provisión de servicios de video bajo demanda (video on demand o VOD, por sus siglas en inglés), lanzamiento de servicios de televisión y video online, atención a la multiplataforma, producción de contenidos 4K (formatos ultraHD, creación de servicios de audio adicionales, subtítulos electrónicos.
Todos estos son algunos de los cambios que hemos vivido en la última década y que han llevado a replantear la forma de trabajar en el ambiente de producción y a tener que apoyarse, indefectiblemente, en la tecnología existente para poder optimizar y hacer mucho más eficientes los flujos de trabajo del área.
Es acá donde nos encontramos con un punto de confluencia entre tecnologías tradicionales de manejo de video y las tecnologías de IT o informáticas que aportaron un sin fin de herramientas al mundo de la producción. Es a esto que el mercado llamó convergencia broadcast-IT o, simplemente, convergencia IT. Las nuevas herramientas del mundo IT y de telecomunicaciones desplazaron completamente equipos e interfaces tradicionales del mundo broadcast, permitiendo optimizar procesos, pero con el costo de la necesidad de rediseño de los flujos y tareas de trabajo.
Partiendo desde la base de la pirámide, ya unos cuantos años atrás la producción dejó de lado la manipulación de cintas de video (tapes) para basarse en archivos informáticos (procesos file based o mejor conocidos como tapeless), extendiendo su vida d a los largo de todo el flujo de producción (nombrado habitualmente como workflow por su tradución al inglés), teniendo que sumarle la informatización de la metadata, datos asociados e identificatorios del contenido que lo acompaña a lo largo de toda su vida. Pero el manejo de contenidos basados en archivos requiere de unidades de almacenamiento que acompañen las necesidades de cada etapa del flujo de trabajo y permitan escalar para soportar los grandes volúmenes de contenido que se irán acumulando o serán ingestados producto del crecimiento de servicios.
Contenidos de larga duración (long form), como son las películas, series, documentales; y de corta duración (short form), como son las promociones, publicidades, clips, entrevistas, se irán sumando al repositorio de archivos junto con los otros tipos de contenidos necesarios para la programación de canales de televisión hoy en día, como son las gráficas, textos, locuciones o audios alternativos, subtítulos electrónicos, imágenes, etcétera. Todos ellos confluirán en almacenamientos que escalarán y se diversificarán según las necesidades de trabajo.
Ese conjunto de servidores conformados por discos rígidos de alta performance convivirán con otros de menor performance y menor costo, además de otros tipos de soporte como son las memorias y discos de estado sólido de alta respuesta, cintas de datos de alta capacidad, discos o arreglos de discos ópticos y otros medios de almacenamiento que en conjunto construirán una arquitectura de almacenamiento, típicamente conocida como archive (por su significado en inglés) de producción. Ellos serán el corazón de la infraestructura, ya que todo el material ingestado y almacenado en ellos será la materia prima de donde se alimentarán las distintas áreas de trabajo y actores para hacer sus labores.
¿Cuáles son las ventajas que el flujo de trabajo definido ahora por un entorno tapeless nos entrega? Podemos nombrar una innumerable cantidad de ventajas, entre las que podemos destacar: fácil manipulación, almacenamiento y transferencia del contenido, posibilidad de compartirlo en entornos multiusuario y multitareas, disponerlo para múltiples plataformas o servicios destino, determinar analíticas sobre su uso, automatizar procesos, administrarlo, preservarlo y, sobre todo, optimizar y hacer más eficiente el trabajo en conjunto.
Si tradicionalmente conocíamos a la producción como una serie en línea de procesos donde el mismo contenido saliente de un proceso alimenta al siguiente y así consecutivamente hasta cumplir su vida, hoy en día podemos entenderlo como un modelo de concentración donde multiusuarios desarrollarán sus tareas en forma concurrente tomando al contenido y devolviendo su estado o un nuevo componente.
En otras palabras, estamos hablando de una migración de un modelo de flujo de trabajo push (empujar, en español) contra un modelo pull (tirar o tomar, en español), tal como podemos compararlo en los gráficos presentes en esta página.
Este nuevo diseño dentro del flujo de trabajo de entorno tapeless involucra una capa superior y obligatoria que es la administración, tarea que se completa con cuatro partes esquemáticamente organizadas: administración de contenidos, administración de tareas y workflow, administración de recursos y administración del negocio en general. Cada una de ellas aportará el management necesario para que el contenido cumpla su ciclo en tiempo y forma y así lograr su objetivo, formar parte del servicio ofrecido y llegar al consumidor cumpliendo sus expectativas.
La correcta catalogación del contenido, generando la metadata acorde al mismo y toda la información adicional incorporada por el flujo mismo del producto, confirman la sustentación de la correcta administración del contenido, del workflow y del negocio. Para entender esto debemos tener en cuenta que la metadata o información del producto se divide en tres tipos: la información artística y natural del contenido (por ejemplo: título, duración, sinopsis, género, fecha de originación, fechas de disponibilidad contractual, estudio o productora, director, actores, etcétera), la información técnica (formato de video, tipo de audio, canales de audio, sistema de compresión de video y audio, parámetros, etcétera) y el estado del contenido que identifica aquellas tareas a las que el contenido ya fue sometido y cuáles están aún pendientes (por ejemplo: editado, versión con créditos, versión con créditos acelerados, control de calidad comprobado, material listo para aire, etcétera).
Debemos entender a la metadata como un componente vital a la hora de poner en marcha los nuevos flujos de trabajo y debemos cuidarla tanto como al contenido en sí. Un error en la metadata puede ocasionar fallas dentro del proceso que pueden conllevar errores muy graves como la pérdida del material o errores del canal televisivo con grandes consecuencias.
Esta administración hoy la encontramos con la utilización de herramientas diversas. El mercado dio el nombre de Digital Asset Manager (en español, Administración de contenidos digitales) o más globalmente conocido como Media Asset Manager (MAM, y Administrador de media, en español), entendiendo a media como el contenido y todas las partes que lo conforman, al sistema o conjunto de ellos que logran la administración del contenido y de una parte del workflow o de su extensión completa.
Hoy en día se los concibe como sistemas o procesos de administración que abarcan desde la planificación del negocio hasta el consumo del producto y la experiencia del usuario. Es decir, una administración end-to-end. Dentro de todo sistema de administración es importante definir los actores que llevarán las tareas respetando ciertas reglas. Estos actores pueden ser personas, equipos, sistemas o áreas de trabajo que llevarán a cabo roles para cumplir las tareas asignadas. Por ejemplo, el control de calidad, edición, generación de promociones, trascodificación de archivo, compresión de video, armado de lista de reproducción, siempre respetando las políticas y reglas asignadas dentro del flujo.
Para que estas tareas puedan crecer al ritmo del mercado sin sacrificar los recursos ni la inversión posible, aparece la automatización como paso indiscutido. Tareas manuales o cuasi manuales que exigen multiplicar recursos al pretender más servicios son reemplazadas por automatizaciones que permiten cumplir con dichas tareas y atajar los crecimientos necesarios. Sin estas automatizaciones los objetivos de provisión de múltiple servicios audiovisuales no sería factible, o los flujos de trabajo se harían muy complicados de llevar. De esta manera, se entiende a la automatización como parte del núcleo de los nuevos modelos de negocio y de los nuevos end-to-end workflow digitales en productoras y programadoras de todo tamaño.
Pero la figura del MAM conlleva a pensar en soluciones mágicas o fáciles de diseñar que cumplen su tarea de una forma ordenada y, en el mundo actual, con las mutaciones y modificaciones frecuentes del mercado televisivo, estas herramientas o diseños sufren al ritmo del cambio lo que resulta muchas veces en perder el foco o el criterio de diseño, creciendo de una manera sin control o haciéndolos integrarse de una manera forzosa.
Las grandes empresas productoras y programadoras de contenido salen hoy a buscar soluciones que logren ordenar estos sistemas, y serie de procesos administrativos para tratar de controlarlos y a su vez hacerlos más flexibles a adaptaciones futuras. Aquí aparece una nueva figura dentro de la administración de flujos de trabajo que cumple el rol de orquestador que intenta poner en orden cada actor del flujo, exponer cada regla y determinar la tarea a cumplir. Estas herramientas son conocidas directamente por la palabra en inglés que los identifica: Orchestrator y vienen a poner orden en infraestructuras y diseños de producción globalizados y de múltiples negocios.
Resumiendo, la administración, con todas sus partes, y la automatización como eje de cambio dentro del workflow son pilares fundamentales del entorno tapeless de producción actual. La correcta catalogación del producto y la actualización constante de la metadata dan el alimento necesario para los sistemas anteriores funcionen. En definitiva, la tecnología y la informatización del video, los soportes, recursos, procesos y tareas dentro del workflow de producción acompaña el crecimiento abrupto de los negocios y el abanico de productos que el mercado reclama. Quizás extrañamos esos tiempos de manipulación de las cintas Betacam y las VTR que tanta compañía nos hicieron, pero el paso a la nueva era de la convergencia donde la informática toma posesión fue necesario y es indiscutido. Ya le dimos la bienvenida, ahora es tiempo de aprovechar sus bondades.
La producción de contenido y la programación de canales de televisión, como parte de un conjunto, ha sufrido la explosión de los nuevos hábitos de consumo y las nuevas necesidades del negocio.