4G: renovación y cambio

El impacto del Plan de Acceso a Internet Móvil. Por Enrique Carrier (*)  A pesar de ser menos

El impacto del Plan de Acceso a Internet Móvil.

Por Enrique Carrier (*) 

A pesar de ser menos ambicioso que el inicial anuncio de un “plan canje”, el PLAIM, anunciado por el Ministro de Producción, es más realizable y estima un volumen de 100 mil unidades por mes con 4G que se venderán a 2200 pesos. Un problema: al ser un producto cuyo costo está atado al dólar, cualquier variación alcista, operando con márgenes tan bajos, podría echar todo por tierra.

Semanas atrás, con el anuncio del PLAIM (Plan de Acceso a Internet Móvil), el gobierno pudo por fin concretar una iniciativa que apunta a fomentar la migración hacia tecnologías 4G de equipos pertenecientes a las generaciones previas (2G y 3G). La iniciativa y el contexto en que tiene lugar cambiaron mucho desde que se comenzó a hablar del tema y su impacto directo quizás sea notablemente inferior al esperado originalmente. No obstante, con o sin PLAIM, la migración hacia 4G es un proceso irrefrenable.

Los orígenes de la iniciativa se remontan a los primeros meses del año, calientes en temperatura, pero muy fríos en ventas. Una caída estimada del orden del 50% en las ventas de enero y febrero, comparadas contra los mismos meses del 2015, encendía las alarmas de los fabricantes instalados en Tierra del Fuego y agrupados bajo AFARTE (Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica). Había que encontrar una estrategia para revitalizar las ventas. El proceso de recambio del parque hacia 4G y su promesa de una mejor calidad del servicio fueron los elementos clave para comenzar a esbozar un “plan canje”. Este consistía en el recambio de equipos de 2G o 3G, los cuales podrían ser tomados en parte de pago, contra un set definido de modelos 4G de nivel de entrada, con un precio objetivo de 2000 pesos pagadero en cuotas. El impacto en la calidad del servicio era el factor clave para subir a los operadores a la propuesta. La idea fue dialogada con el Ministerio de Producción, quien pidió un plan concreto para evaluar.

Esto ocurrió apenas pocos días antes del inicio del Mobile World Congress, el evento de la industria móvil global más importante del año, que tiene lugar en Barcelona. Hasta allí concurrió una delegación del área de comunicaciones, encabezada por el propio Ministro. Anoticiado del plan en proceso de definición y entusiasmado quizás con tanta novedad tecnológica que lo circundaba, el Ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, lanzó a los medios la existencia de un Plan Canje de celulares. En realidad, el Plan no era tal, ya que no se habían hecho los avances mínimos, mucho menos resolver aspectos no menores como el criterio de valuación de los equipos viejos a entregar, determinar la logística de su entrega, identificar quiénes se ocuparían del reciclado (para no causar impacto ecológico en su deposición) y posterior exportación de los equipos entregados (para evitar que vuelvan a ingresar al mercado). Otro punto, en absoluto menor, era quién financiaba la compra de los equipos. Tampoco se había estimado el volumen de producción necesario para dedicar a los equipos a entregar. En definitiva, se anunció como un plan algo que no era más que una simple idea esbozada, pero sin desarrollar.

A pesar de todas estas incógnitas, el Ministro arriesgó, con más desinformación que osadía, que se podía alcanzar un volumen de 10 millones de equipos como parte del canje. Una cifra temeraria cuando el promedio de ventas anuales totales es de 12 millones de unidades. Es que se partió de una estimación de 8 millones de líneas asociadas a equipos 2G, lo que le da un buen piso al canje. Sin embargo, y más allá de las matemáticas, apuntar al recambio de equipos 2G es un enfoque poco atinado. Quienes usan equipos 2G no usan datos, sino que principalmente hablan y envían SMS. Cambiarles sus equipos por otros 4G no aliviaría significativamente la congestión causada por el tráfico de datos en la red 2G/3G. A lo sumo podría aspirarse inicialmente a que dejaran de usar SMS para usar WhatsApp. También hay que tener en cuenta que muchos de los que siguen usando equipos 2G no lo hacen por motivos económicos, sino actitudinales.

Los meses fueron pasando, pero el plan no se lanzaba. Hasta que llegó reformulado. Cinco meses después del anuncio original, finalmente fue el Ministro de Producción quien anunció un menos ambicioso, pero más realizable PLAIM (Plan de Acceso a Internet Móvil) consistente en la puesta a la venta de equipos 4G de nivel de entrada, pagaderos en cuotas sin interés a través del programa Ahora 12. Básicamente, el nuevo plan determina una configuración mínima (4G, pantalla de 4,3 pulgadas, procesador dual-core,cámara trasera y frontal, 512 MB de RAM y unos 4 GB de almacenamiento), especificando marca y producto. El precio máximo fijado fue de 2200 pesos final e, inicialmente, sólo estarían disponibles a través de los operadores. En un principio, el plan estará vigente por 3 meses, estimándose un volumen más realista de 100 mil unidades por mes.

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Cada involucrado en el PLAIM hace su aporte. Todo arranca con las marcas, quienes identifican un modelo existente de su línea de productos que pueda llegar al precio objetivo, lo que implica que también resignen su margen. Pero no todas las marcas tienen el mismo entusiasmo respecto del plan, a punto tal que no todas estarían participando. Algunas no quieren quedar pegadas a un equipo barato y de especificaciones básicas que tire por tierra toda su inversión en marketing y branding para posicionarse como marcas top. Para otras marcas sí es interesante, porque un buen desempeño con el PLAIM las ayudaría a escalar posiciones en la participación de mercado. Los ensambladores de Tierra del Fuego —que no son las marcas, vale recordarlo— producirán equipos de muy baja rentabilidad a cambio de frenar en algo la caída del nivel de actividad. Además, conviene recordar que las exenciones impositivas asociadas a la producción en la isla son poco relevantes si el costo del equipo es muy bajo. Por su parte, los operadores se ocuparán de la comercialización, ofreciendo la promoción del plan y las recargas gratis. Finalmente, el gobierno hace su aporte extendiendo el programa Ahora 12 a todos los días de la semana (en lugar de ser sólo de jueves a domingo), lo que baja la tasa general de financiación.

Evidentemente, el plan final es mucho menos ambicioso que el original. Los equipos que se venderán a 2200 pesos son equivalentes a los que hoy se venden en 2500 y 3000 pesos bajo el modelo prepago, aunque por debajo de este valor asociado a un plan pospago. El aporte del programa Ahora 12 es relativo, ya que al momento del anuncio los operadores ya ofrecían 12 y hasta 18 cuotas con tarjetas de crédito de determinados bancos. Por otra parte, Ahora 12 no resuelve la limitación de que el beneficio sea únicamente para tarjetahabientes. Otro tema a considerar, y por el cual el plan inicialmente tendrá una duración de 3 meses, es que al ser un producto cuyo costo está atado al dólar, cualquier variación alcista operando con márgenes tan bajos, podría echar todo por tierra.

Por si algo le faltaba al PLAIM en su carrera devaluatoria, la semana previa a su anuncio oficial, el Ministerio de la Producción hizo extensivo el programa Ahora 12 a todo celular 4G, por todo tipo de canal (comercios, empresas de telefonía celular y representantes) y todos los días de la semana. De esta forma, el PLAIM quedó reducido prácticamente a un plan que incluye un set determinado de equipos a 2200 pesos con un crédito de uso (de entre 100 y 200 pesos según el operador), pero no mucho más. En definitiva, el PLAIM se convirtió en una promo más, aunque anunciada por el mismísimo Presidente de la Nación.

Antes de continuar, un paréntesis para la especulación política. Cuando se comenzó a barajar la posibilidad de un plan canje —antes de su anuncio—, el área del gobierno involucrada en las conversaciones era el Ministerio de Producción, lo que tenía su lógica considerando que involucraba la fabricación de smartphones en Tierra del Fuego. Sin embargo, el anuncio lo hizo el Ministro de Comunicaciones, anticipándose pese a no tener en ese momento un plan definido. Quizás buscó “primerear” a su par de Producción. Este le devolvió la gentileza, y con creces. El anuncio no oficial del PLAIM lo hizo el Ministro de Producción, quien además previamente extendió el Ahora 12 a todos los equipos 4G y todo tipo de canal. Mucho olor a devolución de favores. Fin del paréntesis.

Ya lanzado el PLAIM, la reacción inicial fue positiva, con más de 60 000 celulares vendidos en los primeros 10 días de la entrada en vigencia el plan, por encima de las expectativas iniciales de los participantes. De todos modos, para declarar que el plan ha sido un éxito, habrá que esperar un poco más de tiempo. Es lógico que inicialmente haya mucha expectativa de parte de la gente, pero este entusiasmo podría reducirse en las próximas semanas cuando el efecto del lanzamiento inicial se haya atemperado y ya no se hable tanto del tema en los medios. Por otra parte, habrá que estar atentos a que el precio inicial de los equipos se pueda mantener en la medida en que, como se espera por motivos estacionales, el dólar comience a subir de precio como consecuencia de una menor liquidación de exportaciones. Una situación que podrá verse atenuada si el blanqueo resulta medianamente exitoso y genera ingreso de divisas de ahorros hoy en el exterior o bajo el colchón.

A todo esto, ¿es realmente importante que el PLAIM per se sea exitoso? No necesariamente. Hay que tener en cuenta que con o sin PLAIM, la gran mayoría de los equipos en venta son 4G, ya que el 83% de los equipos producidos en Tierra del Fuego en el primer semestre del año 2016 fueron de esta generación. En números absolutos, esto equivaldría a unos 9 millones de equipos 4G en 2016, de los cuales unos 600 000 serán resultado del PLAIM si se cumple con las expectativas de los fabricantes. Apenas el 6% de los equipos 4G vendidos en el año. No obstante, el PLAIM podrá tener un efecto adicional, ya que los modelos de bajo costo que lo integran son vistos por fabricantes y operadores como un atractivo para llevar a los interesados a los canales de venta (operador, agentes, cadenas de electrodomésticos, supermercados) y que una vez allí se inclinen por equipos de mayor precio, pero también mejores prestaciones. Lo que en la jerga se conoce como up selling.

Resumiendo, lo que nació de una necesidad de mantener la actividad industrial en Tierra del Fuego pasó por el tamiz de las intrigas políticas y se desvirtuó. Así,terminó siendo un anuncio muy menor, apenas una de las tantas promociones asociadas a la telefonía móvil. Una devaluación más grande que la que registró el peso en diciembre último. Lo bueno es que no implicará mayor costo.

(*) Director de Carrier y Asociados. En Twitter es @enriquecarrier.

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