Media Party 2017: reinventando el periodismo

Un evento de nivel internacional con un toque porteño. El evento, que este año tuvo lugar en el

Un evento de nivel internacional con un toque porteño.

El evento, que este año tuvo lugar en el Centro Cultural Konex, reunió a conferencistas de diferentes lugares del mundo que incluyó ejemplos actuales de innovación periodística de una amplia gama de registros, desde Condé Nast hasta Al Jazeera. Además, se agregaron los casos locales, el hackathon y la posibilidad de hacer networking. Un evento de nivel internacional con un toque porteño.

La Media Party es un evento que nació hace seis años, en 2011, de la mano de Hacks/Hackers Buenos Aires, el capítulo local de una organización internacional que reúne periodistas y programadores bajo el paraguas de la idea del “Hazlo Tú Mismo”. Nació inspirado en el Mozilla Festival y la de este año fue su sexta edición, siempre en la Ciudad de Buenos Aires, esta vez en el Centro Cultural Konex. En la actualidad, este formato ya es replicado en Miami (Estados Unidos) y en África.

En la versión de este año, de tres días (13, 14 y 15 de septiembre), se reunieron por lo menos 2500 emprendedores, periodistas, programadores de softwarey diseñadores de todos los rincones del mundo. Contó con la presencia de 40 oradores internacionales de la talla de Pablo Mercado, el líder de Tecnología de Vox Media (empresa propietaria de portales web como Vox, The Verge y Recode, entre otros); Greg Barber, cabeza de un equipo dentro del The Washington Post que crea herramientas nuevas para contar historias, y además es uno de los cofundadores de The Coral Project; Jaqui Maher, encargada del periodismo interactivo en Condé Nast International, específicamente dentro de la revista Vogue; Dima Khatib, directora de la plataforma AJ+, el servicio digital de noticias de la cadena qatarí Al Jazeera; entre muchos otros.

Con el lema “Reiniciar el periodismo”, se realizaron 200 sesiones que se dividen en charlas magistrales,
lightning talks (charlas relámpago), talleres, una feria de proyectos y un hackathon (que en esta oportunidad se extendió a los tres días del evento). El foco de esta edición estuvo puesto en los mecanismos que permiten la circulación masiva de noticias falsas, más conocidas como fake news.

La organización

El equipo ejecutivo que organiza la Media Party está compuesto por siete personas, liderados por el periodista Mariano Blejman, hoy encargado de la estrategia digital de Página/12; y Mariana Berruezo, consultora de e-Learning. Además, aparecen Gino Cingolani (gerente de Producto de la plataforma Taringa!), Luciana Godoy (programadora orientada a la interfaz y experiencia del usuario), Carola Fernández Moore (periodista, productora y bloguera de viajes), Guillermo Movia (consultor en Comunicación y parte de la Comunidad de Mozilla Argentina) y Dan Zajdband (desarrollador web). Revista Fibra habló con tres de ellos para conocer un poco más qué los motiva a llevar adelante una empresa compleja y extenuante como la Media Party año tras año, así como para hablar sobre sus experiencias en la última edición y sus planes para el futuro.

Fernández Moore, ex productora del noticiero de Canal 13 y hoy bloguera de viajes, cuenta que su primer Media Party fue en junio de 2013, poco después de su renuncia al noticiero, cuando volvió de un viaje de seis meses junto con su esposo. “Estaba sin nada fijo así que me anoté en el Meetup del Hack Hackers y me pasé todo ese mes yendo a la oficina con ellos para trabajar en la organización”, recuerda. “No me importó no cobrar o ir todos los días a una oficina sin que sea un trabajo, entre comillas; además tanto Mariana como Mariano me tomaron como su ‘polla’.”

“Este año hubo un intento de profesionalizar la producción, lo que llevó, gracias a los patrocinadores —lo más difícil de la organización, por suerte de eso se encarga Mariano— a que haya algunos puestos pagos (programación, diseño, página web, producción, entre otros). Es difícil ser horizontal cuando todo es voluntario”, señala. “La parte de la producción que más me gusta es la de la capacitación, el armado de equipos con los voluntarios nuevos, ver esas ganas de participar, de tirar ideas. Y también me gusta limar las asperezas que surgen, como sucede en cualquier grupo de trabajo”.

Entre risas, cuenta que no entiende todo lo que escucha mientras organiza y produce el evento (en los años impares desde 2013, en los pares está de viaje por el mundo), en el que este año tuvo mayores responsabilidades. “Me mostró un mundo totalmente desconocido porque antes de meterme en el Media Party nunca había aplicado tecnología para el periodismo, aunque si la usaba en mi vida personal”, reconoce. “Estar en la producción te permite potenciarte, compartir experiencias y noticias, y conocer mucha gente. Eso sí: la próxima vez quiero ver algún workshop porque de tanto correr nunca veo uno completo”.

Respecto a la función de la Media Party en el contexto mediático actual, particularmente el argentino, Fernández Moore afirma que el panorama es complicado porque no solo “cada vez quedan menos medios” sino que además “hay cada vez menos ganas de invertir en el cambio”. Dentro de las empresas periodísticas más grandes de la Argentina hay mucha gente con ganas de hacer cambios pero cuesta ir contra las lógicas del mercado, argumenta. “Hay temáticas que se dan en el Media Party y que te sirven para trabajar, como mínimo, en los proyectos personales de cada uno”.

Dan Zajdband (su arroba en Twitter es @impronunciable, por razones obvias), por su parte, está en el grupo de Hacks Hackers desde el comienzo. Estuvo a cargo de la organización del hackathon y además, aprovechando su experiencia en The New York Times, dio una charla sobre los nuevos recursos para contar las mismas historias con bajo presupuesto “porque en Latam nunca hay plata, afirma. Lo mejor de este año, aduce, fue que el hackathon haya durado los tres días: “uno para armar proyectos, otro para ‘pitchearlos’ y el tercero par presentarlos”.

Durante el año pasado, Zajdband recorrió el mundo yendo de una conferencia de periodismo a otra y dice que “la Media Party es de primer nivel y siempre genera mucho interés a escala global, aunque cuesta mantener el nivel de los conferencistas”. Para el futuro, menciona, quiere que haya más periodistas locales y más estudiantes.

En tanto, Gino Cingolani Trucco también está desde la primera, en 2011. Este año, cuenta, no tuvo tiempo ni de ver charlas ni de presentarlas porque estuvo trabajando a tiempo completo con la programación. “Tenemos la lógica del Mozilla Fest pero le agregamos los proyectos”, dice y agrega: “Un plus es el networking que podés hacer cuando salís a tomar una cerveza”.

El gerente de Taringa! desarrolla el proceso de selección de charlas: “nos basamos en tres criterios: primero, saber quién es la persona, para eso hacemos un poco de fact checking; después nos fijamos que la temática tenga engagement, es decir, que la gente no se vaya; y por último que esté balanceado para los tres públicos, periodistas, programadores y personas de negocio de las empresas, y que también algunos toquen el tópico que cruza la Media Party, que este año fue el de las noticias falsas. Es una programación que hay que construir con base en proyectos”.

Al igual que Zajdband, Cingolani quiere más periodistas locales. “Lo que pasa es que la gente lee hackers flashea.” Para el futuro, quiere que la Media Party incorporé más talleres y que en las charlas se vea más presencia regional.

Prosumidores

Si las Media Party se destacan por algo es por la capacidad de su público de estar de los dos lados del mostrador. Un ejemplo es el comunicador de la Universidad de Buenos Aires Pascual Calicchio. Sin ser parte del comité ejecutivo, esta es para él su sexta participación en el evento como voluntario en la organización. “Este año me tocó presentar charlas rápidas, pero el año pasado estuve más metido”, comenta.

Respecto a las distintas presentaciones, relata que la mayoría estuvieron centradas en las fake news, algunas desde lo político y otras desde lo técnico; un ejemplo: cómo hace The Washington Post y The New York Times para realizar el control de los comentarios. ¿Qué hicieron? Construyeron una plataforma que acerca mucho más a los periodistas con las comunidades online que comentan las noticias, según contó Andrew Losowsky, de The Coral Project.

Calicchio menciona otra actividad, la charla que la ya mencionada Khatib, que contó cómo lograron superar el cerco de las cableras que no quieren llevar a sus clientes la señal árabe. Sencillamente, comenzaron a utilizar Facebook. “Por supuesto, —dice el entrevistado— no todos tienen a Qatar detrás para poder bancar los gastos”.

Sin embargo, señala Calicchio, tuvo la impresión de que si bien hubo más gente este año, la participación general bajó. Nota además la falta de presencia de periodistas locales pero matiza: “Son eventos que duran todo el día, si tenés que ir a la redacción se complica estar en la Media Party”. Entre los aspectos positivos señala que se hicieron presentes muchos participantes del Hemisferio Norte y que las charlas rápidas, que en otras épocas eran “algo marginales”, ahora cobraron vida.

De cara al futuro, puntualiza que le gustaría que los oradores más reconocidos, “las figuritas difíciles”, hablen más tiempo. “Si van a hablar de posverdad, que no se refieran a ella de manera genérica sino que cuenten cómo hicieron en su país para combatirla”, específica.

La periodista freelance Aldana Vales, que está realizando un posgrado en los Estados Unidos, aprovechó su visita al país para dar una charla sobre “Mujeres líderes en los medios” y presentó el caso del sitio Economía Femini(s)ta como caso de un medio digital fundado por mujeres. La charla se centró en cómo, a través de un emprendimiento propio, las mujeres pueden esquivar el techo de cristal que suele existir en los medios tradicionales.

Por supuesto, también tuvo oportunidad de presenciar otras charlas. Tres resultaron de su interés: una fue la de Jonathan Albright, un catedrático de la Universidad de Columbia y periodista de datos, sobre las fake news como fuente de desinformación. “Fue bastante teórico pero me quedó algo muy interesante: que la desinformación que se produce busca hacerte dudar de todo más que venderte mentiras. Es una cuestión institucionalizada y de propaganda”, sostiene Vales. Las otras dos fueron la de AJ Plus y la de Jenny “8” Lee —también mencionada por Calicchio—, que contó cómo es el proceso para aprobar un nuevo emoji. “Ella contó que se hizo socia del consorcio que controla los emojis porque no hay una representación equitativa y nos bajan línea cultural con eso. Esta charla derivó en la presentación formal de papeleo para solicitar el alta del emoji del mate”.

Vales menciona que la Media Party le sirvió, más allá de ver a conferencistas extranjeros, para conocer proyectos de “altísima calidad periodística” hechos tanto por emprendedores independientes como por empresas como los que llevan adelante La Nación Data y el portal web para Millenials uno.com.ar, orientado incluso desde su diseño a que sea consumido únicamente desde smartphones.

Para cerrar este racconto, aparece Juan Manuel Lucero, coordinador del News Lab de Google para América latina. Él dió dos talleres, uno de YouTube para periodistas y otro de narrativas inmersivas. En el primero contó cuáles son las mejores prácticas para crear y distribuir contenido a través de las plataformas de video; mientras que en el segundo, mostró lo que hacen con realidad virtual y entornos 360 —a través de herramientas como Story Spheres— The New York Times y The Guardian.

Con YouTube, “trabajamos con fotos que se pueden sacar desde cualquier smartphone de gama media o con videos tomados con cámaras que no superan los 400 dólares”, cuenta. “Lo técnico no es un problema, las trabas se dan más por temor que por falta de capacidad técnica o narrativa; a veces no se ve directamente cuál es el retorno de invertir tiempo y probar”.

Menciona además que ya hay periodistas en la región que realmente aprovechan las nuevas posibilidades narrativas, como Daniel Samper, de Colombia, que se convirtió en un periodista youtuber.

“La Media Party concentra, en un ambiente relajado de colaboración y buen espíritu, gente preocupada con desarrollar contenidos en entornos digitales. Si bien siempre hay cosas para mejorar, sigue siendo un evento único en América Latina que ahora incorporó, incluso, talleres de emprendedurismo”. Si en algo falta profundizar, dice, es en los espacios de networking. Pero, por suerte, queda mucha Media Party por delante en los años venideros.