Por Norberto Berner, Secretario de Comunicaciónes de la Nación


Los avances tecnológicos han permitido la convergencia. Entonces, si esto sucede de hecho, ¿por qué no reconocerlo en la legislación?

La ley de comunicaciones vigente data del año 1972, cuando hablar de esto era algo totalmente distinto. Ni el teléfono ni la televisión eran servicios de acceso universal, y ni hablar de las computadoras o de internet, que no existían siquiera o eran apenas prototipos experimentales. Cuarenta años después nos vemos obligados a actualizar esta situación. Ninguna legislación resiste esa cantidad de años con plena vigencia y menos si hablamos de las TIC, que tienen una evolución vertiginosa particular. Es necesario acompañar a la realidad con nuevas normativas, porque sino esta nos pasará por encima.

El proyecto “Argentina Digital” regula a favor del usuario y permite la tan ansiada convergencia que se ha venido reclamando desde todos los sectores ligados a la industria de las TIC. Una de las críticas a la Ley de Medios fue que había nacido vieja, que no contemplaba los avances tecnológicos, pero era la ley de telecomunicaciones la que estaba obsoleta y había que reemplazar: esto es lo que se busca corregir con esta nueva iniciativa. Se incluye, además de la convergencia, la declaración de servicio público en competencia de las redes, permitiendo así que el Estado Nacional fije las tarifas para el uso de las redes por parte de las cooperativas y de las pymes que no cuentan con dicha infraestructura, y quienes se verán muy beneficiadas con esta situación, que les permitirá competir con las grandes empresas del ecosistema.

Cada uno de los puntos de esta ley están pensados para que el usuario tenga más y mejores posibilidades. Podrán encontrar puntos que favorezcan a las telefónicas, o a las cableras, pero existe una armonía en esta ley que lleva a que cada uno de los actores pueda garantizar su rentabilidad y que el mayor beneficiado sea sin duda el usuario.

Cabe destacar que la iniciativa incluye un nuevo concepto, el de velocidad mínima, que establece un estándar mínimo para la velocidad de transmisión de datos. Esto garantizará una mejor calidad y la certeza para quienes alquilen las redes de que las empresas propietarias no podrán escatimarle sus recursos. Este hecho, sumado al establecimiento de la neutralidad de la red, un concepto innovador que garantiza el libre acceso a los contenidos que se transmiten, favorecerá la plena competencia y la libertad de expresión.

Uno de los objetivos primordiales de la ley consiste en la optimización de la red: ¿para qué tener muchas redes si con una alcanza? En este sentido, se incorporan dos conceptos claves: la arquitectura abierta de las redes y la desagregación de la red local. La primera permitirá que cualquier prestador pueda subirse a cualquier red, ya que la estructura deberá favorecer la interconexión para poder transmitir los contenidos deseados. La segunda permitirá que el usuario reciba cualquier servicio por medio del mismo cable, evitando así tener que realizar un cableado nuevo cada vez que se cambie de prestador.

Por otra parte, resulta vital resaltar la importancia del Servicio Universal, contemplado en el proyecto de ley, que recupera el sentido con que se había creado, pasando de manos privadas al control del Estado Nacional, y que a través de aportes de las empresas permitirá conectar los lugares del país en donde las empresas no inviertan por considerarlos poco rentables. Esto garantizará la universalidad de los servicios TIC, a los que consideramos un derecho humano. Además, se dispone que nuestro país sea un área única de explotación, eliminando la larga distancia nacional y permitiendo que los habitantes del país puedan comunicarse en todo el territorio por el mismo precio.

Mire por donde se lo mire, “Argentina Digital” es un proyecto superador a todas las propuestas que se encontraban en debate y es por eso que ha sumado el consenso de los legisladores que estaban trabajando en proyectos en el mismo sentido; y, con el debate correspondiente, abierto a los aportes que sean necesarios, esperamos empezar el 2015 con una nueva ley de Telecomunicaciones de la que podamos estar orgullosos.

Pin It