La competencia local de Netflix o cómo es ser David frente al Goliat del streaming

Los jugadores locales que buscan ganar mercado y dinero en aquellos lugares en que la masividad de la

Los jugadores locales que buscan ganar mercado y dinero en aquellos lugares en que la masividad de la plataforma norteamericana deja descubiertos

Dos plataformas de capitales argentinos intentan competir de igual a igual con gigantes del streaming como Netflix y Amazon Prime Video, por citar dos ejemplos. Con grandes diferencias entre sí, algo las une: su estrategia se basa en catálogos variados para atraer a un público que puede estar agobiado por la cantidad de contenido disponible.

La plataforma de streaming Netflix nació como un e-Commerce de videos pero, cuando su fin estaba cerca, Reed Hastings (su creador) la reconvirtió en lo que es hoy: un inmenso repositorio de contenido audiovisual que, a su vez, es el productor de series y películas originales que desafió hasta al statu quo hollywoodense. Si YouTube fue la topadora que abrió un nuevo camino a la hora de consumir contenido audiovisual, Netflix es el asfalto que terminó de modificar el entorno.

Detrás de esta gigante (que de a poco adquiere las características de actor dominante del mercado) aparecieron muchas otras plataformas: Amazon, Hulu, la extinta YahooTV, HBO Go y Now, y las plataformas OTT de alguna productora de contenido como CBS All
Access, por citar algunas pocas.

Hay, además, experiencias locales o con una pata local que buscan ganar mercado y dinero en aquellos lugares en que la masividad de
Netflix deja descubiertos. Se trata de MUBI y Qubit.TV. La primera es una plataforma dedicada al cine independiente que Eduardo Costantini (hijo) creó junto al emprendedor turco Efe Cakarel en 2007 y que no hace mucho comenzó a dar sus primeros pasos en China. En ella, las películas desaparecen a los 30 días de estar en cartel. La segunda representa un proyecto totalmente argentino que se apoya en cine de todo el mundo con el objetivo de hacerse fuerte en el mercado latinoamericano.

¿Qué tan difícil es competir con un pulpo como Netflix? ¿Hay lugar para varios jugadores en el universo del streaming? ¿Qué particularidades tienen estos proyectos que hacen que sean considerados seriamente? Son estas cuestiones, entre otras, las que motivaron las líneas que siguen.

Un gusto adquirido

MUBI nació como The Auteurs, una red social para los aficionados al cinearte y de ahí fue evolucionando hasta lo que es hoy: un servicio de streaming bajo demanda con un catálogo curado que se renueva todos los días y donde cada filme dura 30 días en cartel. Publican, además, una revista en línea dedicada al cine bajo el nombre de The Notebook. En ella han invertido reconocidos empresarios argentinos del mundo de las TIC, como Martín Varsavsky (creador de FON) y Alex Oxenford (fundador de OLX).

La idea fue del turco Efe Cakarel y entre sus fundadores puede contarse al argentino Eduardo Costantini, hijo del empresario inmobiliario y financiero que creó el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). De hecho, Costantini (hijo) fue durante varios años el director Ejecutivo del museo, estuvo encargado durante cinco años de su departamento de cine y además produjo varias películas con su productora Costa Films (entre ellas Tropa de Elite, un reconocido largometraje brasileño que ganó el Oso de Oro en 2008). Así que puede decirse que es, seguramente, la pata artística del emprendimiento. Tanto es así que la realización de la entrevista para esta nota se demoró porque Costantini estaba participando del Festival de Cannes.

Durante todo el recorrido anterior antes de comenzar a trabajar en MUBI —las retrospectivas de Leonardo Favio y Glauber Rocha en el Malba y su trabajo como productor en documentales de Emir Kusturica y Paul Auster—, Costantini se dio cuenta de que era necesaria “una plataforma de streaming de películas independientes y de autor, ya que no existía nada similar en la web”, comenta en diálogo con Revista Fibra. Luego de conocer a Efe Cakarel, que estaba trabajando en un proyecto similar, se asoció con él. Reconoce que los primeros años fueron muy difíciles, recién aparecía Netflix y “ni los directores ni los productores estaban listos” para darles sus películas. “Éramos una empresa de siete personas con 600 000 dólares en la caja”, recuerda.

Con el éxito de la plataforma creada por Reed Hastings, sin embargo, la suerte comenzó a sonreírles: “El mundo fue cambiando hacia esa dirección, la de la distribuir online”, afirma. “Hoy la realidad de MUBI es otra. Tenemos más de siete millones de usuarios registrados; nuestro público es diverso y la oferta es múltiple, con títulos reconocidos por importantes festivales internacionales”, argumenta. Más allá de la validación de la tecnología y la idea que tuvo lugar en la última década, el trabajo de hormiga que realizaron en MUBI para crearse un nombre en el nicho del cine independiente dio sus frutos. “Desde nuestros comienzos hemos conseguido asociaciones muy importantes, como con la fundación de Martin Scorsese dedicada a preservar el cine de autor y hasta estrenos exclusivos como JUNUN, el documental que Paul Thomas Anderson filmó en la India con Jonny Greenwood, el guitarrista de Radiohead”, desarrolla Costantini.

“MUBI es el primer servicio de suscripción de video on demand que llevó la curaduría del cine al siguiente nivel”, sostiene el argentino. Cada día, una película nueva se añade a la lista de las 30 películas online y una es retirada, lo que da 360 estrenos al año. “La calidad de las elecciones significa que nuestros miembros pueden ver una obra maestra o tener la oportunidad de darle un voto de confianza a una película de la que no hayan oído hablar”, continúa. ¿Cómo se realiza la selección? “Trabajamos con algunos algoritmos y sistemas de recomendación pero son los curadores quienes eligen las películas”. La cantidad de personas en este equipo que escoge los filmes varía, dice el cofundador de la plataforma, pero aproximadamente son cinco.

El cuidado a la hora de elegir las películas es parte integral del modelo de negocios de MUBI y lo que la diferencia de servicios como Netflix o Amazon Prime. “A diferencia de otros sitios, que invierten millones de dólares en la compra de todas sus películas, nosotros ofrecemos películas de calidad y nos consideramos más disciplinados a la hora de pagar cada filme”, dice Costantini. “Hemos optado por crecer orgánicamente y le ofrecemos a nuestros usuarios la posibilidad de ver una película distinta cada día por un valor de casi la mitad de los que cobran otros sitios hoy (5,99 dólares al mes)”.

Una de las ventajas que ofrece MUBI, de acuerdo al entrevistado, es que eliminan “la paradoja de la selección”. Es decir, “la insatisfacción que sienten las personas al estar frente a tantas opciones. Gracias a este modelo hoy tenemos un crecimiento sostenido de clientes cada mes”, indica Costantini.

Para lograr la variedad de la plataforma, MUBI tiene un equipo dedicado a asistir a festivales como Berlín, Cannes, Sundance, Locarno, entre otros, para comprar películas allí. El productor cinematográfico señala que lo que más le sorprende es, más allá de las compras que realiza tanto su plataforma como otras, “la cantidad de películas y cineastas que nunca logran ser distribuidos, es una triste realidad”.

Económicamente hablando, una de las noticias más resonantes en relación con MUBI llegó a principios del año pasado, cuando se anunció que la empresa china Huanxi Media invertiría 50 millones de dólares en ella (específicamente, 40 millones por el 70% del capital de MUBI China y 10 millones por el 8% de MUBI Inc., la empresa madre de la plataforma ubicada en Nueva York y Palo Alto, California). La idea es ingresar al mercado chino en el corto plazo: primero iba a ocurrir en septiembre del año pasado pero ahora, dice Costantini, están analizando cuándo podría ser el mejor momento.

En una entrevista que dio en su momento al matutino La Nación, el emprendedor y empresario argentino no descartó que MUBI pudiera convertirse en “la Netflix china”. Motivos para ser optimista no le faltan: Huanxi fue fundada por Dong Ping, uno de los inversores y ejecutivos de cine en China más exitosos de los últimos 20 años, según explica Costantini. Produjo títulos como “Let the Bullets Fly”, “Crouching Tiger, Hidden Dragon” y “Journey To The West”. Además, fundó y presidió la compañía de producción ChinaVision Media Group Limited —ahora conocida como Alibaba Pictures Group Limited—, desde su compra por parte del gigante del e-commerce.

Respecto al futuro del streaming, Costantini apunta que “dos de cada tres personas ven alguna forma de video bajo demanda”. El público, insiste, “es muy variado, exigente y definitivamente está optando por el VOD (Video Bajo Demanda, por sus siglas en inglés) ya que les permite flexibilizar sus horarios para ver el contenido que les gusta. La oferta irá indefectiblemente hacia lo curatorial —opina—, y hacia las series originales que tienen la lealtad del público asegurada por varias temporadas”.

Al margen, el ex Malba está en estos días enfocados en otro emprendimiento: una red social llamada Kabinett que, es sus palabras, es “la primera App y web para que cualquier persona interesada en el arte, cine música, pueda compartir y descubrir lo mejor de la cultura”. En ella, él y sus socios llevan invertidos 1 millón de dólares. Ahora están embarcados en la primera ronda de financiamiento con la que buscan levantar 2 millones.

Sabor local

Qubit.tv es un servicio argentino similar al de Netflix en cuanto a que ofrece un catálogo amplio. Sin embargo, posee particularidades propias (en algún punto impuestas por el mercado) que le sirven para diferenciarse de otras plataformas: la oferta de cine es más amplia que la de Netflix e incluye películas clásicas de Hollywood, así como muchas películas argentinas, latinoamericanas y de otras latitudes, con una fuerte presencia de cine asiático. Además, aunque ofrece pocas series, da la posibilidad de alquilar películas que no vienen con la suscripción mensual (110 pesos por mes), de manera similar al funcionamiento de alquiler de Google Play o el que no hace mucho incorporó la plataforma estatal Cine.Ar (ex Odeón).

Así, con un catálogo de más de 3500 filmes, ya hace pie en siete países (Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala) y se apresta a comenzar a operar en Perú. La intención de la empresa es “ir avanzando paulatinamente en casi todos los países de habla hispana”, responde Sebastián Camiser, director de B2C de Qubit. Sin embargo, por ahora no tienen pensado ir más lejos: quieren afianzarse en los principales mercados de América Latina entre si apoyándose en un “rico catálogo de películas locales, además de los ya consagrados ‘tanques’ de Hollywood y las películas de origen europeo y asiático”, explica el también docente de la Universidad Austral (dicta Marketing Digital).

La estrategia de Qubit.tv al momento de armar su catálogo reconoce la “paradoja de la selección” a la que Costantini hizo referencia y apuesta, a la vez, a la diversidad. Javier Porta Fouz (crítico de cine, director del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires desde el año pasado y curador de Qubit.tv) puntualiza que buscan “diferenciarse de los competidores y esa diferencia surge en parte porque no se puede tener todo lo disponible, nadie puede, y resulta imposible además verlo todo, ni dedicando 24 horas por día todos los días”. En este sentido, Porta Fouz resume la estrategia de la plataforma: “cine, y lo más diverso posible”. Es decir, una selección que toma en cuenta “la rica historia del cine” y que, además, está pensada no para un público sino para “varios públicos” y que sea capaz de ofrecer “un menú reconocible, relevante” que “desafíe y amplíe el horizonte de los espectadores, que tome en cuenta las preferencias del espectador pero que a la vez lo invite a ampliar sus gustos”. ¿Cómo se logra esto? “Hemos pulido nuestra oferta y apostamos a entradas diversas”, afirma el director del Bafici. “A los éxitos entre los estrenos recientes, a lo reconocible, a lo que se ha convertido en obra de referencia, al material clásico y, cada vez más, a todo aquello que demuestre la amplitud y la variedad de lo que se produce”. Además, Qubit.tv ha estrenado hace algunas semanas su primera producción original que tiene como protagonista central, justamente, a Porta Fouz: se trata de “Cine terapia”, en donde un doctor, interpretado por el crítico, “atiende” a famosos del mundo del cine latinoamericano como a Víktor Aráuz y al director Diego Araujo (ambos de Ecuador); a la premiada directora paraguaya Rossana «Tana» Schémbori (responsable del film 7 cajas junto a Juan Carlos Maneglia); al productor y periodista Axel Kutchevasky, a los críticos Leonardo D´Espósito, Diego Papic y Maia Debowicz (Argentina); al realizador chileno Che Sandoval (Te creís la más linda) y finalmente a tres colombianos: el actor Diego Vásquez, al compositor de música para cine Alejandro Ramírez Rojas y al director Harold Trompetero, según informaron desde la plataforma.

Sin embargo, es fácil imaginar cómo la relación con los grandes estudios a la hora de negociar los derechos de las obras se complica cuando se trata de una pequeña empresa con base en la Argentina. Estas relaciones “son de un intercambio de confianza y llevan su tiempo”, destaca Lilian Beriro, gerente de Adquisición de Contenido de la plataforma argentina con pasado como gerente de Contenidos Multimedia en Telecom Argentina. “Qubit.tv construyó confianza paso a paso, con tres focos: demostrando expertise en el negocio del contenido y, aún más, en VOD como nuevo hábito de consumo en entretenimiento. Este punto fue muy valorado por las majors, ya que para ellos también es una nueva era de la industria, más allá de la tradicional televisión lineal, abierta o paga. Luego, asumir los compromisos de contratos, cumplirlos, cuidar el cine que licenciamos y hacer honor a esos compromisos con los acuerdos comerciales. Y, por último, como siempre, ser profesionales y flexibles. El mundo valora la valentía argentina a pesar de estar en el fin del mundo y vivir en crisis permanente; hay siempre una escucha bienvenida al espíritu emprendedor de este lado del globo.”

Final

Una con una estrategia global y de avanzada que incluye a un país como China (al que aún no pudo ingresar Netflix) y la otra en la búsqueda de convertirse en una multilatina. Es evidente que con objetivos claros, un catálogo diverso y un plan de negocios sustentable, las empresas locales pueden ocupar aquellos espacios que todavía quedan por ocupar. La cantidad de contenidos disponibles para ser distribuido en nichos y mercados emergentes necesitan de nuevos vehículos para llegar a usuarios que recién comienzan a asomarse, a lo largo y a lo ancho del globo y a medida que disminuye la brecha digital1, al fenómeno VOD que existe más allá de YouTube.

1 Un concepto controvertido, desde ya, que aquí es útil para señalar que las velocidades de conexión a Internet, así como la capilaridad, continúa en franco ascenso en cualquier estadística consultada (ejemplo: el reporte State of the Internet, de Akamai).