“Las mayores consumidoras del ancho de banda tendrían que contribuir para amortizar la inversión”

Por Nayla Díaz Entrevista a Carlos Moltini, gerente general de Cablevisión. Carlos Moltini tiene 54 años y desde

Por Nayla Díaz

Entrevista a Carlos Moltini, gerente general de Cablevisión.

Carlos Moltini tiene 54 años y desde hace 24 trabaja en el Grupo Clarín. La mitad de esos años fue parte del desarrollo de la TV paga en nuestro país: primero fue gerente general de Multicanal y luego pasó a ocupar la misma posición en Cablevisión.

Con él se reunió Revista Fibra para conocer su posición frente a la ley Argentina Digital, cómo sigue la pelea sobre la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y qué espera de un próximo gobierno para el sector de los medios de comunicación y las TIC. Además nos dio su visión sobre la neutralidad de la red y sobre el conflicto con aquellas empresas que brindan contenido vía streaming, así como sobre el futuro de la televisión por cable.

¿Qué opina de la sanción de la ley Argentina Digital?

Si bien era obvio que Argentina necesitaba un nuevo marco regulatorio en términos de telecomunicaciones, la nueva ley no está a la altura de las circunstancias actuales ni se apoya en una mirada de cara hacia el futuro. Obviamente, este negocio tiene una dinámica en la que se debe pensar mucho más allá que en cualquier sector. Por citar un ejemplo, la Ley de Medios no fue una ley creada para intentar regular una industria, sino que se trató de generar un marco regulatorio condicionante a la prensa y al Grupo Clarín.

Pero la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue creada para fomentar la pluralidad de voces, ¿usted dice que hay un doble discurso en lo que propone el Gobierno?

Absolutamente; lo que dicen no es lo que hacen. Para tener una mirada de negocios con perspectiva de futuro hace falta tener una ley convergente. Ahora bien, tiene que ser una ley que permita no sólo que las compañías estén en el estado de arte de la convergencia, sino que también permita crear un ecosistema en donde puedan convivir pequeñas, medianas y grande empresas, y no que unas absorban a las otras, ni algunas estén en desventaja por su tamaño y capacidades. En ese marco, nada más distante de esa realidad es el aparataje regulatorio que ha impuesto este Gobierno con la Ley de Medios y ahora con la Ley TIC (sic). Cuando lo único que hacés es promover la concentración y favorecer a las telefónicas en detrimento de las compañías de cable, y armás un marco regulatorio que lo único que hace es beneficiar a estas grandes compañías, lo que impulsás es la desaparición de un pedazo de esta industria. El Gobierno trató de creer que condicionando el negocio, condicionaba a sus voces y, por eso, todo lo que hizo en términos de resoluciones o leyes fue fomentar la concentración en manos de las compañías telefónicas. El gran beneficiario de este andamiaje jurídico es Telefónica de España.

Ya que lo menciona, ¿qué opina de la licitación del 4G?

La entrega del 4G fue escandalosa. Fue adjudicado a Telefónica sin haberlos obligado a hacer las inversiones que se habían comprometido sobre el 3G. Tampoco hubo siquiera una mirada técnica regulatoria sobre el negocio de telefonía celular. Somos el único país del mundo que tiene este volumen de negocio y que la voz no anda. Sobre eso se entrega un espectro para que den servicio 4G cuando lo que habría que haber hecho era obligarlos a hacer las inversiones que tendrían que hacer; obligarlos a que los servicios a los que están comprometidos se brinden y, una vez que eso esté demostrado, ampliar la cantidad de servicios hacia otros. No hicieron nada de eso. Y nosotros que reclamábamos participar de una porción de espectro (como industria, no como compañía), para poder ampliar nuestra oferta de servicios y hacerla competitiva frente a la que iban a tener ellos, se nos negó la posibilidad de participar. Supongo que la Justicia algún día traccionará sobre esto, pero el daño que se le está haciendo a la industria es enorme.

¿Piensa que el próximo gobierno puede dar marcha atrás con estas resoluciones?

Más que marcha atrás hay que dar marcha adelante. Ir marcha atrás es lo que ha hecho este gobierno. Lo que se hizo con la Ley de Medios fue llevar el marco regulatorio a la década del 70, donde había prohibiciones. Dar marcha adelante implica armar un real marco regulatorio, convergente, que contemple esta situación de empresas grandes, chicas y medianas. Y que promueva la inversión y la diversidad de compañías al tiempo que promueva calidad de servicio a los consumidores. Si en este negocio no se da un marco regulatorio que promueva la inversión, va a ser muy difícil que los ciudadanos del país puedan acceder a servicios de calidad, como cualquier ciudadano del mundo. Para eso se necesitan inversiones, tal vez mucho más grandes que las propias capacidades económicas que tienen las compañías. Lo único que va a hacer posible eso es un marco que permita el desarrollo de la industria y el repago de esas inversiones. Nada de eso está presente hoy.

¿Cómo se prepara Cablevisión para la aplicación de Argentina Digital?

Por ahora la ley es muy generalista, no tiene especificaciones y tal vez estemos opinando acerca de algo que habrá que ver cómo es en el detalle reglamentario. De todos modos, hay cuestiones previas que no se pueden desconocer. Cuando los operadores de cable armaron sus redes y su infraestructura —acá y en cualquier parte el mundo—, lo hicieron básicamente para proveer los servicios de su propia compañía. Nadie dimensionó la red pensando que allí deberían coexistir otros jugadores. En Capital Federal, por ejemplo, Cablevisión tiene su red, Telecentro también y compiten por los domicilios; por servicio, producto, precio, lo que sea, pero cada uno con su red. Lo mismo sucede en Rosario, Los Ángeles o Nueva York; cada operador tiene su red y no tiene capacidad para transportar servicios ajenos. En la actualidad, nuestra red está siendo utilizada al cien por ciento. No se puede poner nada más ahí adentro, con lo cual, tengo esa incógnita de tratar de comprender qué va a decir la reglamentación de la Ley, porque uno no puede dar lo que no tiene, es así de simple. No sé cómo van a resolver esta fantasía que han generado. Y esto aplica tanto en la red de distribución domiciliaria como en la red de transporte. La red de transporte también tiene cierta capacidad. Para llevarla a más… bueno, ¿quién paga esa inversión? ¿De qué manera y por qué? Son cuestiones que no están claras y creo que por eso no hay un decreto reglamentario aún. Yo no conozco ninguna compañía de cable del mundo que le transporte los servicios de video o banda ancha a otra. Habrá cosas que se podrán hacer, con un fuerte proceso de inversión, pero hay cosas que directamente no se pueden hacer. Tienen mucho de desconocimiento del tema. La ley está hecha por gente que desconoce cómo funciona el negocio.

Y con respecto a esta saturación del tendido y teniendo en cuenta el auge de las transmisiones vía streaming que demandan mayor ancho de banda, ¿cómo afecta esto a Cablevisión?

Obviamente que la evolución tecnológica y el gusto de los consumidores a la hora de usar Internet genera una mayor demanda de productos de mayor calidad. Esto ha llevado a que crezca cada vez más el consumo de banda ancha a nivel consumidor. Hay estudios, como el de Cisco, que dicen que cada consumidor incrementa su consumo de ancho de banda en un 50% año tras año. A nosotros los números nos demuestran que no es tanto, sino más bien cerca del 40%, pero que de todos modos es exponencial. Eso nos ha llevado a tener que hacer enormes inversiones por año para que la red tenga la capacidad suficiente para satisfacer las demandas de los clientes. En pos de esta situación, han aparecido una serie de compañías que son las generadoras de ese mayor consumo de ancho de banda. Cuando no existía Netflix el consumo era uno, ahora es otro. Lo mismo sucede con Google, YouTube, entre otros grandes dentro del ecosistema de Internet. Entonces nosotros, los que tenemos una mirada sobre esto, pensamos: “Bueno, acá hay un montón de compañías que están montando un negocio sobre el mayor consumo de ancho de banda”, tenemos que invertir cuantiosas sumas para poder llevar ese ancho de banda al estado que quieren nuestros consumidores; es justo que esos volúmenes de inversión no sean soportados sólo por esta compañía y que las otras tengan que pagar por hacer crecer esta red. La situación no es como algunos la quieren mostrar, no se trata de que las compañías de cable quieran cobrar un “peaje”, o ralentizar contenidos para que los propios vayan más rápido.

¿Cuál es la mirada entonces?

Hay que hacer crecer el ancho de banda y la mejor manera es hacerlo entre todos aquellos que se benefician por su uso. Esa es la mirada, nosotros creemos que esto debería ser así. En ningún momento pensamos en priorizar contenidos propios en detrimento de terceros, de ninguna manera. Tenemos una mirada hacia Internet muy similar a la mirada de libertad de expresión donde todo el mundo puede discurrir a través de la red sin ningún tipo de limitaciones, freno o inhibición. Pero sí creo que hay un grupo de compañías que son las mayores consumidoras del ancho de banda que estamos generando, y que tendrían que contribuir de alguna manera para poder amortizar esa cuantiosa inversión que tenemos que hacer nosotros y que termina retroalimentando a las propias compañías. En definitiva, lo que estamos diciendo es que hay que llevar el ancho de banda a lo más ancho posible para que también las capacidades de estas compañías puedan desarrollarse sin problemas

¿Es viable que esto suceda?

Hay resistencia obviamente. A todo el mundo le molesta tener que pagar, pero creo que es el único camino. Basta fijarse en el doble discurso de Netflix. Por un lado dice “yo no quiero pagar esto”, y por el otro exige: “Para que mi servicio sea óptimo, este tiene que ser el ancho de banda mínimo”. Si vas a montar un negocio y vas a exigir un estrés de la red, tenés que tener con qué soportarlo. Por eso insistimos en la idea de que tienen que ayudar a soportar el consumo de ancho de banda. Hay miles de maneras inteligentes para hacerlo que no tienen que llevar a una discusión binaria sobre si se quiere controlar los contenidos en detrimento de otros. Eso es una respuesta rápida de alguien que no quiere hacer frente a la realidad ni quiere pagar por los servicios que utiliza.

Usted remarca la importancia de la libertad de expresión, pero Cablevisión fue muy criticado en este aspecto.

Nosotros nunca vamos a tener una mirada que incluya beneficios hacia unos en detrimento de otros. Creemos en ese concepto de neutralidad de red, bajo esa mirada. Ahora bien, hay algunos que pretenden llevar la mirada hacia ese lado, pero para desviar la realidad de lo que estamos discutiendo que no tiene nada que ver la neutralidad de red y la no intromisión con contenidos de Internet. Tiene que ver con un consumo de ancho de banda necesario, una inversión que hay que hacer. De lo contrario, la otra mirada debería ser exigirle a los consumidores que paguen un plus por el ancho de banda requerido, y me parece injusto que todo tenga que recaer sobre los consumidores, porque del otro lado hay una compañía gigante que genera una enorme facturación. Montaron una empresa basados en el consumo de un ancho de banda, me parece perfecto, ahora se tienen que hacer cargo de esa realidad. Y esta cuestión difiere de la jugada a la que nos quieren llevar sobre la discusión de si esto tiene que ver con la libertad de expresión, o si queremos condicionar cómo discurren los contenidos a través de Internet.

Ha sido muy hábil la posición de empresas como Yahoo! o Netflix al tratar de escudarse en el concepto puro de neutralidad y libertad de expresión para no hacer frente a los compromisos que deben enfrentar. Pero no me parece realista, hay que ir a un concepto práctico. Acá hay una infraestructura que tiene que seguir creciendo y que no la puede desarrollar una sola parte de los que la utilizan. No me parece justo tampoco que sea en el consumidor sobre quien tiene que recaer la totalidad en cuestión. Estamos en pleno proceso de discusión. Hoy el ancho de banda es el que es, pero el ancho de banda tendrá que crecer, y va a requerir inversiones muy fuertes y que esta conversación esté zanjada.

¿Piensa que el servicio de televisión por cable va a desaparecer?

Creo que la industria del cable y de distribución de contenidos tiene enormes posibilidades de seguir siendo el eje central del entretenimiento en el hogar, pero también creo que tiene que generar una transformación de cómo lleva ese entretenimiento a cada uno de los hogares. Obviamente que los setenta y pico de canales analógicos y la televisión channel up, channel down no va más con los más chicos que, en términos de 10 años, serán los decisores de los hogares. Lo que tiene que cambiar es la compañía a la hora de saber cómo hacer para que ese chico opte por los contenidos, o la forma de entretenerse a través de Cablevisión. Estamos trabajando fuertemente en ese sentido. Tenemos un proyecto de televisión IP que va a ser una revolución importante. Obviamente, se trata de un proyecto que va a evolucionar en la medida que evolucione la cartera de clientes de Cablevisión, porque están los chicos de los que hablamos recién y los mayores, que siguen viendo la tele de una manera. Cuando uno tiene 3 millones y medio de hogares, tiene que contemplar esa universalidad. Hace más de un año que estamos trabajando en este proyecto, no es simple, viene siendo prácticamente un tailor-made. Creemos que, con suerte, vamos a poder mostrar algo recién el primer cuatrimestre de 2016. Tenemos que ver cómo podemos resolver el tema de movilidad, que realmente es una pata a la que nos está faltando encontrarle solución, pero por lo menos centrarnos en el hogar y tratar de que el rey del entretenimiento y la primera opción siga siendo Cablevisión.

Sobre la interrumpida aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

¿Por qué cree que la postura del Grupo Clarín para con el Gobierno ha sido tan crítica en estos últimos años?

Yo creo que lo que hace el Grupo Clarín es mostrar la realidad y eso es lo que no le gusta al Gobierno. Somos un medio y lo que hacemos es simplemente mostrar la realidad. Como todo medio, tenemos una mirada crítica. Hay que tener tolerancia y capacidad de corregir lo que se está haciendo mal, y por suerte Clarín le dice casi de manera gratuita qué tiene que mejorar. Pero el Gobierno no ha podido resolver su tolerancia a la libertad de expresión y la importancia que tienen los medios en la sociedad.

Sin embargo, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue sancionada para favorecer esta libertad de expresión, ¿no le parece un avance?

El gran reformador de ese andamiaje jurídico fue Néstor Kirchner que en un momento decidió atacar a Clarín y lo que hizo fue proponer una reforma diciendo que la ley fue sancionada en la dictadura, pero la ley fue modificada por completo durante la democracia y la reforma propuesta por Kirchner resultó ser muy similar a la ley sancionada en la dictadura. Pensar que la Ley de Medios apunta a la pluralidad de voces o a un desarrollo de la industria de medios es incorrecto. Desde su sanción hasta la fecha no han aparecido nuevos medios. No hay capacidad de financiamiento ni alguna industria que haya tomado impulso a partir de la sanción. Lo único que ha aparecido son proyectos financiados con la pauta pública de medios condicionados a ser oficialistas y llevar la voz del Gobierno. ¿Qué empresa se ha radicado o qué proyecto de inversión se ha desarrollado en Argentina a partir de la sanción de la ley? Ninguno. La Ley de Medios es una ley que atrasa. ¿De qué sirve reservar un tercio del espectro para entidades sin fines de lucro si no hay capacidad de desarrollo de negocio? La ley fue creada específicamente para destruir a Clarín, no fue pensada para generar un ecosistema que permita el desarrollo y el crecimiento de la industria. El punto es el control de la palabra, y el gran amplificador de la palabra es Clarín.

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