Reseña: El poder de la agenda. Política, medios y público

Natalia Aruguete Biblos; Buenos Aires, 2015 199 páginas. Quienes usamos Twitter, Facebook y alguna otra red social, pero

Natalia Aruguete
Biblos; Buenos Aires, 2015
199 páginas.

Quienes usamos Twitter, Facebook y alguna otra red social, pero también consumimos los medios de comunicación “tradicionales”, notamos que un tema que fue “tendencia” en las redes sociales se recupera en los medios uno o dos días después. Pero también pasa al revés. Con cierta frecuencia entramos a leer el timeline de Twitter para enterarnos las novedades y nos encontramos con decenas de tuits irónicos que hacen referencia a alguna entrevista radial, una columna de opinión de algún diario o un informe televisivo.

 

Natalia Aruguete, investigadora, docente y periodista, retoma el debate sobre la agenda setting y las nuevas aperturas que surgen a partir del impacto del uso de las redes sociales. A lo largo del libro, la autora realiza un recorrido, desde una mirada crítica, por las diversas teorías y estudios más relevantes que se realizaron durante los últimos 50 años con el fin de observar la relación y la influencia entre las tres agendas: la mediática, la pública y la política. Sobre este recorrido, Aruguete aclara que “no pretende ser cronológico, aunque así lo parezca”.

¿De qué hablamos cuando nos referimos a la agenda? ¿Quién la marca? ¿Cómo se define, en la actualidad, teniendo en cuenta el uso de los nuevos medios? Este debate no es nuevo para el ámbito académico pero sí para las conversaciones cotidianas, tanto en nuestro país como en otros rincones del mundo, que durante los últimos años comenzaron a prestar mayor atención —y a cuestionar— al rol de los medios de comunicación en la construcción de la realidad.

En sus inicios, la teoría de la agenda setting postuló el vínculo causal entre agenda mediática y pública. Sin embargo, Natalia Aruguete asegura que hoy nos encontramos frente a un replanteo de su hipótesis basal, en el que la idea de una “transferencia de relevancia entre agendas” reemplaza ese vínculo. Algunas de las preguntas que guían la investigación son: ¿Cómo se ejerce la influencia de “los que deciden”, de los medios y de los ciudadanos? Para medir tal influencia, ¿es más eficaz cubrir “grandes” cuestiones o centrarse en asuntos específicos? ¿Focalizar en temas que toquen la experiencia o probar con otros más lejanos?

Sin intentar repetir acá lo que la autora analiza en su libro, es importante destacar que lo que presenta son las diversas fases teóricas sobre el establecimiento de la agenda que no se suceden unas a otras, sino que coexisten: la primera, en la que prima el análisis de los efectos cognitivos de los medios; y otra en la que se estudian las variaciones en los efectos según los factores demográficos, socioeducativos y de acuerdo al tipo de medio, es decir las “condiciones contingentes”. Luego, se refiere a una tercera etapa en la que se aborda el tratamiento mediático de los “atributos” y en la que se avanza en la comprensión de que los medios no sólo indicarían sobre qué pensar sino también cómo pensar acerca de determinados temas o personalidades.

El eje de este libro está puesto en la reflexión sobre cómo se construye la agenda y observa el proceso de construcción de las noticias como el espacio en el que se ejerce una lucha de poder entre diversos actores, pero también donde existe una tensión entre los factores que intervienen en esa construcción: desde las rutinas productivas de los periodistas, que se ven alteradas por la fuerte presencia de los “nuevos medios”, hasta los criterios de noticiabilidad y la concepción de los medios como actores políticos.

Pero, además, “El poder de la agenda” da cuenta de que los diversos estudios tampoco son suficientes y asegura que sólo es posible comprender una corriente cuando se la pone a discutir con otras. Lo que busca Aruguete —y logra, a lo largo de diez capítulos— es poner en evidencia que ninguna teoría puede dar respuesta a todas las inquietudes que surgen en su aplicación como herramienta para comprender la “realidad”.

En cuanto a la lectura, puede afirmarse que es un libro que permite ser leído por diversos destinatarios, aunque teniendo en cuenta que esa diversidad debe enmarcarse en un ámbito y perfil académico. Ella misma es consciente de que podría resultarle algo tedioso a un lector no experto, aunque lo considera entre los posibles destinatarios.

Por otro lado, es preciso resaltar que la profundidad conceptual, así como el repaso por las diversas teorías, que van desde la Mass Communication Research, la aguja hipodérmica y la ley de las mínimas consecuencias en adelante, puede ser no sólo interesante, sino también resultar útil para aquellos estudiantes que quieran dedicarse a investigar sobre estos y otros temas relacionados. De hecho, estos mismos destinatarios podrán enriquecerse con la completa bibliografía utilizada por Aruguete para su libro.

Finalmente, un estudio que considere a los blogs, por un lado, y a Twitter, por el otro, como actores relevantes a tener en cuenta en la conformación de la agenda de temas y en la construcción de las noticias, merece se recomendado como lectura obligatoria tanto para periodistas, como para dueños de medios.

Natalia Aruguete

La autora

Natalia Aruguete es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y magíster en Sociología Económica por el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (IDAES-UNSAM). Como investigadora del CONICET, su línea de investigación se centra en el estudio de las agendas política, mediática y pública. Aruguete también se desempeña como profesora en la Universidad Nacional de Quilmes, la Universidad Nacional de Rosario y la Universidad Austral, y ha dictado cursos en niveles de grado y posgrado en varias universidades nacionales y extranjeras. Además, la autora de este libro es colaboradora en Página 12 y en Le Monde Diplomatique. En Twitter es @natyaruguete.

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