El rol del Estado en las telecomunicaciones

Por Ignacio Mansilla Derqui. El tendido por parte de los Estados convierte a la infraestructura en telecomunicaciones en

Por Ignacio Mansilla Derqui.

El tendido por parte de los Estados convierte a la infraestructura en telecomunicaciones en un commodity para el sector.

El rol activo de los Estados en los distintos despliegues de telecomunicaciones asegura el acceso al derecho de las telecomunicaciones, potenciando el servicio de los actores locales sobre la infraestructura pública.

En enero, en la ciudad de Cedar Falls,el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció un esquema de despliegue de infraestructura de telecomunicaciones que se viene desarrollando en distintas ciudades del mundo, incluyendo la Argentina, innovador y de éxito comprobado para la prestación de servicios de telecomunicaciones.

La ciudad de Cedar Falls hace algunos años tomó la iniciativa de invertir con fondos públicos en una red comunitaria de fibra óptica para el servicio por parte del Estado municipal para las necesidades locales.

La decisión municipal radica en que la prestación del servicio no es algo que debe estar únicamente al arbitrio de la inversión de las empresas privadas, y que esta infraestructura viene a cubrir y contemplar el potencial crecimiento de las necesidades básicas de los entes gubernamentales y de la sociedad que, sin lugar a duda, hasta ese momento se encontraban insatisfechas por parte de los actores locales. La decisión de realizar una infraestructura pública en materia de telecomunicaciones y contemplar la prestación de servicios llevó a la ciudad en pocos años al primer plano mundial en materia de niveles de conectividad, comparados únicamente con las ciudades más importantes y conectadas del planeta, como muestra la imagen oficial distribuida por el sitio de la Casa Blanca estadounidense.

Cedar Falls se convirtió en una de las pocas gigacities en todo Estados Unidos. Acompañado por la ciudad de Kansas, donde Google desplegó el plan Google Fiber, la primera de siete ciudades donde la empresa realizó un prueba piloto de fibra óptica al hogar (FTTH).

Gigacities (gigaciudades, en español) son todas aquellas ciudades donde la prestación de servicios de internet o datos llega a un gigabyte por segundo por parte de los proveedores de internet (ISP) locales. En la Ciudad de Buenos Aires recién podemos observar algunos prestadores ofreciendo planes comerciales que contemplan servicios de 30 y 50 megas por segundo al hogar. Esto significa que el ciudadano de Cedar Falls recibe más de 20 veces el servicio que el mejor ISP nos ofrece en Buenos Aires, y eso simplemente se debe a la decisiónde invertir en las capacidades de infraestructura, posibilitando el aumento del consumo y permitiendo la instalación de mejores calidades para el desarrollo económico.

En Cedar Falls, se anunció el lanzamiento de un plan de despliegue de infraestructura comunitaria, condados y estados a lo largo y a lo ancho de todo el país, donde podrán construir redes de fibra óptica que permitan la prestación de servicio de alta velocidad.

Esta ciudad, con tan sólo 40 000 habitantes, tomó la iniciativa de hacerse cargo de la prestación de los servicios a través de una empresa pública y se ubicó en el centro de un nuevo paradigma de despliegue de infraestructura, por sus inobjetables mejoras en la calidad del servicio.

Para tomar dimensión del tamaño que ocupa Cedar Falls en el mapa mundial de comunicaciones podríamos decir que la ciudad tiene el 0,001% de población que Tokio. Esto en términos reales argentinos sería como si la ciudad de Villa Angela, Chaco (41 403 habitantes según el censo de 2010), tuviera esos niveles de conectividad por encima de los grandes centros urbanos, económicos e industriales del país.

¿Por qué nos resulta tan difícil imaginar esos niveles de conectividad para localidades que están tan alejadas de los principales centros urbanos del país?

En Argentina, como en la mayoría de los países en vías de desarrollo, la lógica comercial de las empresas marcó a fuego en el subconsciente que la mejor calidad de telecomunicaciones se encontraría en lugares con altos niveles de concentración urbana. Esta lógica tiene una única explicación el retorno sobre la inversión. En lugares de alta concentración, el servicio abarca a mayor cantidad de clientes sobre una misma y única inversión.

Fuente: New America Foundation

Fuente: New America Foundation

La lógica de despliegue de infraestructura de las empresas paulatinamente comenzó a quebrarse, la calidad del servicio ya no sólo era deficitaria en el interior del país por falta de inversión (por poca población), sino que asimismo en los grandes centros urbanos no se realizaban las inversiones necesarias que acompañaran la demanda de más y mejor conectividad.

Pero el siglo XXI vino con nuevas reglas, el acceso a las telecomunicaciones son un derecho humano, esto cambió por completo el paradigma de como los Estados se paran de frente a la prestación de un servicio.

Los Estados deben hacerse cargo del tema, ya no es un tema exclusivamente en mano de los privados, y de esta manera reconocen el valor estratégico de las telecomunicaciones para el desarrollo económico y social de un pueblo, pero también comienzan a darse cuenta de la importancia vital de las telecomunicaciones en la prestación de las actividades estatales.

Es imposible imaginar soluciones estatales para temas de seguridad, comunicación militar, educación, salud, o servicios generales al ciudadano sin una buena calidad de servicio en las redes existentes.

¿Pero por qué es innovador este tipo de despliegue?

Los servicios sobre la red no dejan de crecer, las empresas y Estados encontraron en los servicios digitales, redes sociales, servicios de streaming y demás formas de comunicarse, realizar trámites y llegar de manera más efectiva y cómoda .

Grandes empresas como Telefonica y Google comenzaron los conflictos entre infraestructura y servicios sobre la red. Pero el ciudadano no puede esperar. En los países en desarrollo se presentaba un fenómeno, mientras en los grandes centros urbanos las personas demandaban más y más conectividad, en el interior de los países, las tasas de ciudadanos desconectados seguían siendo alarmantemente altas, generando lo que se conoce como analfabetos digitales. Por ello resulta que la innovación en la inversión estatal en infraestructura en telecomunicaciones no está en el simple despliegue de infraestructura, que es tan viejo como la interconexión misma, sino en la disponibilidad por parte del Estado de esa infraestructura para las funciones estatales, como la seguridad, salud, defensa, etcétera, y en la disponibilidad de esa infraestructura a todos los actores locales que puedan prestar el servicio comercial o residencial de telecomunicaciones en competencia sobre una red pública, neutral y eficiente. La infraestructura de telecomunicaciones en el planeta se convirtió en un commodity —cualquier inversión en infraestructura de telecomunicación, no constituye un negocio de explotación como lo era una década atrás—. Los precios y niveles de rentabilidad de explotación de redes fueron bajando a medida de que los estados se involucraban en la materia, y los niveles de rentabilidad en servicios digitales hoy se encuentran en un record histórico que se quiebra casi diariamente.

Prueba de ese tipo de decisiones y cómo se fueron volviendo estratégicas estas decisiones para los estados son los planes nacionales y supranacionales de despliegue de infraestructura como son el BRICs cable¹, o los distintos planes en Australia, India, China, Sudáfrica, Brasil, Paraguay, Argentina, Venezuela, Ecuador, Uruguay, México, las ciudades en Estados Unidos y de países de Europa como Francia o Suecia, donde los Estados despliegan infraestructura hasta inclusive los planes privados de empresas como Google (Loon) o Facebook (Internet.org) para llevar conectividad a la otra mitad del planeta que jamás navegó.

La conectividad no espera más a la inversión de una empresa privada y los Estados se dieron cuenta de que es fundamental para la interconexión de sus pueblos, regiones, desarrollo económico y competitividad de sus productos.

Argentina es innovación en telecomunicaciones

La expresión más clara de la decisión política de llevar servicios de telecomunicaciones a todos los rincones del extenso territorio nacional argentino es la creación del Plan Integral de Telecomunicaciones Argentina Conectada.

Como sucede en muchas partes del planeta, el Estado tomo la iniciativa en la inversión pública y estratégica en telecomunicaciones.

En principio se diseñó una Red Federal de Fibra Óptica que será operada por Arsat, operador nacional de telecomunicaciones, que cuenta con casi 60 000 kilómetros que conectara a más de 2600 localidades a lo ancho y largo del país. Para dimensionar la inversión estratégica que significa esto, esta red tiene la extensión para dar una vuelta y media al planeta y es más extensa que la cantidad de kilómetros de Rutas Nacionales existentes.

30 mil kilómetros de conexiones troncales en azul y otros 30 mil de conexiones provinciales. Fuente: www.argentinaconectada.gov.ar

30 mil kilómetros de conexiones troncales en azul y otros 30 mil de conexiones provinciales. Fuente: www.argentinaconectada.gov.ar

Una de las características particulares de este plan, a diferencia con otros planes nacionales alrededor del mundo, radica en el desarrollo y operación de satélites de telecomunicaciones. La capacidad satelital argentina no sólo es de exportación, sino que también servirá para cubrir con servicios los lugares alejados de nuestro territorio.

La creación de la empresa Arsat cumple un rol central en la ejecución del plan, debido a que se encarga de operar las soluciones e infraestructuras de la política pública de telecomunicaciones, pero el valor agregado de la implementación del plan radica en la articulación constante con distintos operadores nacionales privados y públicos.

Argentina Conectada fue creada con el objetivo de lograr la sinergia público-privada necesaria que permitirá a los distintos operadores nacionales, regionales y locales, la interconexión a una red de última generación en igualdad de condiciones, trasladandola competencia a la prestación de un servicio de calidad al usuario final y no, como sucede hasta hoy, en una competencia en cantidad de kilómetros de infraestructura.

Actualmente quien posee mayor cantidad de redes logra negociar mejores precios mayoristas, impidiendo el desarrollo económico de sus competidores directos, miles de cables y cooperativas del interior del país. El despliegue de infraestructura por parte del Estado subsanará esas inequidades hasta hoy existentes.

Los 1800 operadores locales podrán contar con la capacidad que requieran para brindar los servicios que deseen, permitiendo dedicar sus inversiones a las mejoras del servicios y no a los tendidos de infraestructura.

Acompañando este esfuerzo nacional, las provincias de Formosa, Misiones, Chaco, Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Neuquén, Rio Negro, La Pampa y Tierra del Fuego decidieron crear empresas públicas provinciales de telecomunicaciones, realizando una inversión estratégica con el objetivo de prestar servicios gubernamentales, ya sea en materia de seguridad, educación y cualquier necesidad de desarrollar innovación en tecnología para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Como segundo rol, pero no menos importante, las empresas provinciales tienen como fin poder articular con los operadores locales y nacionales para lograr y acompañar el crecimiento de las economías locales y provinciales en la prestación de servicios. Esto permite que la potenciación por parte del Estado en el despliegue de la infraestructura y la prestación del servicio se convierta en una política federal y no solo una política nacional.

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En resumidas cuentas Arsat y las empresas provinciales se convertirán en carriers con el único objetivo acompañar el desarrollo del país con infraestructura y de potenciar operadores locales, regionales y provinciales.

Pero no será el mercado quien marque la pauta de la necesidad de interconexión, allí donde el mercado no llegue, deberá ser el estado con sus empresas públicas quien preste el servicio.

La creación de las empresas provinciales viene a acompañar a Arsat en el óptimo desarrollo de redes y servicios, en la innovación tecnológica coordinada y en la elección de las mejores tecnologías para implementar a lo largo y ancho del país. Está en manos de estos actores la importante tarea de llevar adelante la revolución tecnológica y del conocimiento en la Argentina.

En materia municipal comienza a surgir la misma necesidad por parte de distintos municipios que comenzaron despliegues de infraestructura local, en asociación con operadores locales, para asegurar la infraestructura necesaria para la prestación del servicio local gubernamental y potenciar las capacidades de cada operador con los servicios comerciales.

El Estado en cualquiera de sus niveles, es el encargado de poner a disposición de la población la infraestructura fundamental para que los servicios que son prestados por los operadores locales sean de calidad, como son los servicios públicos de agua, gas, luz, educación, seguridad y salud.

Si bien el anuncio de Obama es importante por los resultados logrados en Cedar Falls, los distintos estados en la Argentina ya estaban comprometidos con este modelo innovador de despliegue de infraestructura y ya existen casos donde se vislumbra que el camino elegido es el camino correcto, ya que hay señales de tener a través de la infraestructura pública que se encuentra disponible a los distintos operadores la posibilidad de llegar a cualquier punto de la Argentina con los mejores niveles de conectividad sin importar la cantidad de habitantes que ese poblado posea.

Por ello, el panorama que se avizora es prometedor, la intervención del Estado es fundamental no sólo como potenciador de los ciclos económicos de un sector sino para eliminar las inequidades del mercado, potenciar a los operadores locales, generar trabajo genuino de calidad y asegurar el derecho del ciudadano de acceso al conocimiento. Este ambicioso objetivo constituye un desafío para poner a la Argentina en el más alto nivel de acceso a la tecnología y la información.

¹ Se trata de un cable submarino que unirá a los países que integran el conglomerado conocido como BRIC -Rusia, China, India, Sudáfrica y Brasil- con los Estados Unidos.

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