Reseña

De la concentración a la convergencia. Políticas de medios en Argentina y América Latina Martín Becerra. Paidós, Buenos Aires,

De la concentración a la convergencia. Políticas de medios en Argentina y América Latina

Martín Becerra. Paidós, Buenos Aires, 2015.

Los medios de comunicación han sido objeto de investigaciones casi desde su nacimiento –Mass Communication Research y Escuela de Frankfurt– y las posturas frente a ellos fueron cambiando con el paso de los años –enfoque semiológico, estudios culturales, por nombrar algunos- pero la ecología de los medios se mantuvo relativamente estable –TV, radio, diarios– hasta fines del siglo pasado, cuando el avance de internet puso todo patas para arriba. Junto con estos cambios instrumentales, y de costumbres, llegaron cambios en la propiedad de las empresas dueñas de medios –se pasó de concentración horizontal a vertical–, que incluyó el ingreso de sectores financieros. A esto hay que sumarle, como corolario, una creciente discusión sobre el papel de los medios infocomunicacionales en la vida política de los países, no sólo ya como actores destacados, sino como protagonistas.

Es dentro de este panorama complejo –o desordenado, como el lector prefiera –en el que se inserta el nuevo libro de Martín Becerra, en el que ensaya una lectura sobre estos cambios, centrada en la experiencia argentina pero sin dejar de lado a América Latina, donde desde la ley venezolana de 2004 al día de hoy, se han promulgado varias más en países de ideologías muy disimiles: México, Ecuador y Uruguay, además de Argentina. Es en estos países donde la lucha, la “batalla cultural”, para usar una expresión en boga, se da entre gobiernos de distintas vertientes y los grupos de multimedios como Televisa en México, Globo en Brasil, Cisneros en Venezuela, Clarín en Argentina, Edwards y Copesa en Chile, entre otros.

El análisis intenta superar, además de los discursos de barricada, tanto el enfoque tecnofílico como el que sólo atiende a los cambios normativos, omitiendo consideración alguna sobre los efectos estructurales y los modos que tienen las normas que son aplicadas y apropiadas por la sociedad. El autor abreva, según explica en la introducción del trabajo, en la economía política de la comunicación y la cultura, “que intenta comprender cuáles son las condiciones en las que se instituyen las regulaciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas de la comunicación”. Agrega que “la economía política de la comunicación y la cultura reconoce como objeto de estudio el doble carácter ideológico y económico de los bienes y servicios de la cultura”.

Luego de la introducción, en el primer capítulo, “Argentina: tres décadas de políticas de comunicación en democracia”, el profesor Becerra analiza las políticas de comunicación a partir de sus manifestaciones en Argentina desde 1983 y hasta 2014 y lo hace tanto en el aspecto normativo como en el de las mutaciones de la apropiación social de las tecnologías infocomunicacionales. Se hace hincapié en las tres fases del proceso de concentración de medios de la historia reciente en Argentina: la primera fue expansiva y conglomeral (1989-2001); la segunda corresponde a una etapa defensiva (2002-2008) y, luego de un interregno provocado por el debate y posterior sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2009, se desarrolló la tercera etapa –hasta nuestros días– de concentración convergente “cuya manifestación institucional es la aprobación de la ley Argentina Digital en 2014”.

El segundo capítulo, “Concentración de medios y libertad de expresión”, da cuenta de uno de los procesos centrales en la estructuración de los medios de comunicación: la concentración de la propiedad y la centralización de capitales; esto conlleva una tensión importante entre libertad de expresión y concentración económica. Es difícil pensar el surgimiento de los conglomerados de medios ya mencionados sin analizar la aquiescencia de los distintos gobiernos así como el apoyo monetario de los Estados y una regulación endeble que contribuyó, no a la diversidad de voces, sino a “la uniformidad de actores y perspectivas en los mercados de medios”.

“Medios públicos: el agujero negro de la política de medios” es el tercer capítulo. En él Becerra se dedica a “una de las cuestiones que distinguen a América Latina del resto de los países de Occidente: la ausencia de medios de gestión estatal como funciones de servicio público”. Su mirada está enmarcada en la creación o reinvención de emisoras de carácter público por parte de los gobiernos de la región para enfrentarse a las agresiones que reciben por parte de los grupos mediáticos concentrados –como le sucedió a Dilma Rousseff en Brasil en 2014–. Además, se indaga sobre la gestión, la programación, el financiamiento y el control de medios estatales en la región.

En el cuarto capítulo, “La publicidad oficial y sus múltiples facetas”, se focaliza en el Estado como anunciante publicitario de los medios de comunicación, que no sólo influye en el mensaje que es transmitido sino que genera autocensura por parte de los profesionales en relación a tratar ciertos temas o referirse a determinados protagonistas de la información. Aquí se hace énfasis en la participación del gobierno argentino como el primer anunciante “individual” del mercado y “el comportamiento discrecional” a la hora de asignar fondos tanto del gobierno central como de los ejecutivos provinciales. Además tiene en cuenta las condenas por parte de la Corte Suprema de la Nación a estas prácticas, los reclamos en este sentido de la Coalición por una Radiodifusión Democrática en sus conocidos 21 puntos de 2004 y la proyección regional del asunto.

El nombre del quinto capítulo es “América Latina a contramano: poder mediático y regulaciones”, y “se propone una lectura sobre los cambios regulatorios producidos en los últimos años en varios países latinoamericanos, comparándolos”. En este sentido no puede dejar de tenerse en cuenta que los niveles de concentración en la región son superiores al del resto del mundo y las acusaciones por parte de los gobiernos a los grupos mediáticos de llevar a cabo intentonas desestabilizadoras. Además de los cambios en la legislación hay que tener en cuenta el proceso que produce la diseminación de dispositivos móviles y fijos de conexión a las redes convergentes, una amenaza que pende sobre las rutinas de los medios de comunicación clásicos como espada de Damocles.

El sexto capítulo, “Medios, políticas y redes: la revolución inconclusa”, desarrolla un estudio sobre la estructuración, compleja y cambiante, de las redes digitales, que multiplican las características inherentes a la concentración de medios en las industrias culturales tradicionales y las difunden a la escala global. También el autor menciona la falta de regulación en estas redes; las crecientes responsabilidades de los intermediarios, como Google y Facebook, que captan una porción importante de la renta generada por otros, lo que ocasiona conflictos que van in crescendo entre viejos y nuevos actores. Al final aborda la espinosa cuestión de las brechas digitales intentando una interpretación no dicotómica del problema.

El libro cierra con una conclusión, “Vasallos y mecenas: el sistema argentino de medios como mercado protocapitalista”, busca provocar al lector, ya que desde el título se sostiene la hipótesis de que el sistema de medios de Argentina, y gran parte de América Latina, “revela una maduración insuficiente como mercado” por lo que necesitan de la constante intervención estatal para sostenerse y los pone en una crisis constante de la que buscan salir.

Un trabajo necesario que actualiza las discusiones que planteamos desde las páginas de esta revista y constituye una bocanada de aire fresco al siempre necesitado –de bibliografía– campo de la economía política de la comunicación.

El autor
Martín Becerra (Santa Fe, 1968) es doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona, profesor titular de la Universidad Nacional de Quilmes y de la Universidad de Buenos Aires, e investigador del Conicet. Es autor de varios libros sobre políticas, tecnologías y concentración de medios en América Latina.
Colabora periódicamente en diarios y revistas del país y América Latina sobre temas de políticas de medios y tecnologías de la información. En Twitter es @aracalacana.

 

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