Entrevista a Gustavo Bellingeri, secretario gremial de SATSAID
Gustavo Bellingeri es trabajador audiovisual desde 1982 y milita por los derechos de sus compañeros desde 1988. En la actualidad es secretario gremial del Sindicato Argentino de Televisión (SATSAID). En diálogo con la revista Fibra, Bellingeri analizó el proyecto de ley «Argentina Digital», cómo afecta la convergencia a los trabajadores y qué sucederá en el futuro con los medios de comunicación.
Se promulgó la ley «Argentina Digital». En este sentido, ¿es factible que los cableoperadores participen en el mercado telefónico, teniendo en cuenta que las tarifas fijas están congeladas y que para desarrollar un mercado de telefonía móvil hace falta un dinero importante?
Se pueden asociar y generar un mercado móvil. Lo que sí tienen muy claro las telefónicas es que tienen billetera, capacidad de publicidad muy grande, y lo hacen. Hay que tener en cuenta que Telefónica tiene una escala transnacional; Telecom y Telmex también. Entonces, también cuentan con la capacidad de comprar derechos de autor, contenidos, de generar publicidades. Ya de por sí hay una asimetría, por lo que levantarle la veda te hace correr un frío por la espalda.
Como está planteado el proyecto de ley, levantarle la veda sin generar una ventana de tiempo donde se trate de corregir esa asimetría que permita a los que hoy están brindando televisión poder generar competencia real, creemos que es el final de la industria del cable.
Estuvimos en contra del monopolio de los medios, pero también estamos en contra del monopolio de las telecomunicaciones. No vemos que acá vaya a haber un proceso anti-monopólico, lo que va a haber es una concentración más grande de la que estaba planteada en los medios.
Fundamentalmente, nos preocupa muchísimo esta salida a la calle de parte de las telefónicas, con tanta capacidad de inversión solapada sobre la otra industria. En esa industria, hay 20 mil puestos de trabajo que están en riesgo. No vemos la posibilidad, sin plazos, de que la industria del cable pueda sobrevivir. La gente va a estar inundada de una enorme propaganda por promociones donde te van a regalar los celulares para que te pases al cable, como pasó en otros lugares, como con la ley Clinton: cuando se levantó esa restricción, las que se quedaron fueron las telefónicas regionales con los cables regionales.¹
Tampoco estamos planteándonos parar la tecnología que está en proceso de convergencia. Pero hay que acompañarlo de una manera razonable, que los actores puedan tener la oportunidad de competir con uno más grande, ajustándose.
Los cableros ya podrían dar teléfono, todos tienen licencia de telecomunicaciones. No dan teléfono porque no les cierran los números. Si se le pregunta a los cableros por qué no dan teléfono, responden que es porque venden triple play, como Pierri². Los que pretenden vender el triple play no le dan a las empresas los elementos suficientes como para que pueda brindar la telefonía, siendo que ya lo tendrían que haber hecho por la legislación.
Sería distinto si hubiera mecanismos que garanticen una convergencia real, que esta industria que tiene derecho a tener esto, lo tenga de manera real, y que ésta cuando tengan un cachitito más de tamaño, pueda dar lo que da el otro. De alguna manera, para que esos actores puedan generar una competencia y que el servicio sea mejor en precio, servicio. El ejemplo lo tenés en los celulares, son gigantescas las compañías y los celulares no andan, siempre tienen un argumento tecnológico de por qué no funcionan. Pero son empresas que valoran mucho el dinero que sacan y poco la inversión que hacen. No son empresas creíbles. Nos lo han demostrado con la línea fija frente al pedido de una línea fija, te dicen que no la pueden instalar y no lo pueden hacer porque no invierten. Y no pueden mejorar el acceso a Internet porque le dicen al Estado que si no pueden vender video no se justifica el pago de la red que hicieron.
A mí me parece que estamos muy preocupados de que a nuestra industria se la cargue encima un sector empresario transnacional, que es tan especulador como Telefónica o Telecom. La verdad es que nos preocupa.
Más allá de la ley, esta convergencia que se viene dando y quizás acá en Argentina no llegó a la parte de producción de contenidos —salvo en ejemplos puntuales de Telefé, que ha dado ficciones a través de Internet— , ¿cómo impacta al trabajador esta cuestión de la convergencia, de que en un futuro cercano las empresas de telecomunicaciones o las empresas de Internet busquen contenidos en desmedro tal vez de las empresas televisivas?
Nosotros tenemos muchas empresas que hacen producción de contenido. Este es un sindicato que agrupa a los trabajadores de las empresas de televisión paga, trabajadores que están en los canales de aire, en las productoras y en las empresas de acceso. La convergencia fue práctica en lo que significó la transformación de lo analógico a lo digital. Los mismos trabajadores en muchos casos hicieron un aprendizaje: antes medían algo y ahora miden otra cosa.
También es cierto que hay un nivel de producción casera muy diseminado. Pero cuando querés entrar en el nivel del negocio audiovisual, en lo que se vende y compra, tenés que tener ciertos requisitos técnicos mínimos.
En general, nos muestra que hay más productoras, más trabajo. Es muy importante el trabajo que hace el Estado en promover la producción de ficción nacional. Todo lo que hicimos con la Ley de Medios es fantástico: promovimos el tema de las cuotas por producción propia, por ejemplo, eso ha generado mucho trabajo en los canales. Muchos de ellos no producían; ahora se tienen que adecuar y producir, estamos en ese camino. Nosotros no vemos por el lado de las facilidades de Internet que eso compita.
Hay una discusión que es un poco más grande: ¿Qué pasa con la manera de consumir audiovisual, con el broadcasting? Si el hábito de consumo va a permanecer o va a desaparecer. ¿Cómo convive eso con otra manera de consumir, como los catálogos o como la búsqueda en la nube? Si me preguntás, tengo una opinión, pero tampoco te puedo dar una certeza: yo creo que son complementos, el broadcasting no va a desaparecer.
¿Y esta cuestión de los catálogos? Hasta hace poco, incluso hoy, el consumo depende de la programación que planteen los distintos canales; y ahora, con esta cuestión de los catálogos está disponible un montón de programación que dentro de los canales fue discontinuada. O sea, no apareció más y ahora está todo disponible. ¿Cómo afecta eso a la producción nueva?
Hoy hay más producción. En el año 2002 éramos 9500 trabajadores, hoy somos 35 600. Esto no es pasó el último año, es un proceso donde el peor número nuestro fue en 2002, que estaba yendo para atrás todo. Con las políticas de Néstor Kirchner empezamos a tener una mejora en la ocupación rápidamente, fue en el año 2004-2005. A la par de eso también hubo una mejora en los salarios, empezamos a discutir paritarias. Eso es una situación que fue mejorando muy fuerte hasta 2009, y después con menor intensidad.
También hubo mucho trabajo gremial. Si hay productoras ilegales , nosotros vamos a regularizarlas. Nosotros somos un gremio de ir a buscar, no somos un gremio de esperar a que vengan y entonces administramos, no. Somos un gremio que va a buscar que los trabajadores estén registrados como corresponde, con su seguro, obra social, seguro de vida, con las condiciones que tiene que tener.
La experiencia de SATSAID en la Argentina tiene que ver con una tradición muy argentina en cuanto a la experiencia sindical; y va en contra de lo que ocurre, en general, en el resto del mundo, donde los trabajadores de lo audiovisual están cada vez más desprotegidos.
Nosotros somos integrantes de organizaciones sindicales continentales y mundiales. Hemos presidido el Gremio Panamericano (PANAMTEL) que concentra hasta a los actores de Hollywood. Dentro de la Organización Mundial está la Unión Internacional de Trabajadores de los Servicios (UNI), en general: están los bancarios, otras áreas y la sección de medios. Cuando ves cómo están los otros, decís: “Nosotros no estamos para nada mal”, en general y en particular en los medios. Tenemos una tradición muy fuerte de ir a buscar a los trabajadores, sindicalizarlos, por eso hemos crecido. Se juntaron en ese número, poco más de 9 mil a 35 mil, dos cosas: una, lógicamente, la reactivación económica y la política que tuvo el país; y otra, que nosotros en este momento tuvimos un activismo gremial gigantesco.
Volviendo a la cuestión de Internet y la convergencia, ¿cómo se llevaron con esta nueva experiencia que hicieron en Infobae, Infobae TV, que abrieron de manera rimbombante y después se achicaron?
Todos esos negocios tienen un problema, que es cómo se monetizan. Es lo mismo que con la Ley de Medios todos decían que “ahora vamos a poner un canal de los trabajadores del mosaico, otro de los aborígenes de acá”, y yo dije: “Miren muchachos, que nosotros venimos del gremio, del oficio, y esto no es así”.
Hoy tenemos una ley que nos permite, por ejemplo, ser dueños de medios a los trabajadores, pero tenemos que armar un proyecto que tenga pies y cabeza. Un proyecto que nos permita hacer un producto digno que compita con los privados, con los que vienen de otro palo. Lo amateur tiene una duración, hay cosas que son muy dignas, pero se debe plantear cómo se monetizan esas experiencias. Hoy Internet tiene un problema con eso, tenés muchísima oferta y, como no se monetiza, es fugaz, dura poco tiempo.
¹ La ley promulgada dice que la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones determinará plazos y localidades en donde las telefónicas no podrán dar TV paga.
² Se refiere a Alberto Pierri, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, hoy dueño de Telecentro.
¿Qué resta por hacer?
Creo que somos 31 gremios y muchas cooperativas del país que tenemos para presentarnos para un canal abierto en la Ciudad de Buenos Aires y se suspendió ese llamado. Entonces, en ese sentido, no estamos avanzando lo que deberíamos. Nosotros no tenemos una mentalidad de fin de ciclo, creemos que en Latinoamérica y en Argentina existen todas las condiciones como para seguir y para mejorarse. Dependerá de qué hacemos. Tenemos todas las condiciones como para tener un ciclo mucho más largo que profundice un modelo que tiene que tener un carácter que no se pueda volver en determinadas políticas. Hay políticas que para nosotros tienen que estar institucionalizadas.Ahora hay mucha situación de precariedad, por ejemplo, la Televisión Digital Argentina (TDA) que está apoyada en nada. ¿Por qué? Porque la legislación vigente en Argentina dice que el único medio es Radiodifusión Televisión Argentina (RTA). Tenemos que armar una unidad dentro de RTA que lo resuelva, que es una posibilidad; o tenemos que cambiar la legislación. Pero lo que digo es que son cambios que tienen que tener resoluciones que están pendientes. El riesgo que tienen es que, si llega a haber un cambio de gobierno, inclusive como un cambio de etapa no de continuidad pero que ellos opinan que ya no sirve más. Bueno, esas cosas hay que institucionalizarlas.