¿Cómo consumimos noticias?

Una empresa realizó una encuesta global para indagar en el consumo de noticias online. POR TOMÁS AGUERRE (*) @TomiOlava

Una empresa realizó una encuesta global para indagar en el consumo de noticias online.

POR TOMÁS AGUERRE (*)
@TomiOlava

¿Qué medios consumimos en Internet? ¿Desde qué dispositivos accedemos? ¿Qué nivel de confianza tenemos sobre esos medios? Esas fueron algunas de las preguntas que se hizo el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo junto a la consultora YouGov. La investigación tuvo su capítulo argentino. Conversamos con una de sus autoras, Eugenia Mitchelstein.

El Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo realizó junto a la encuestadora YouGov una investigación sobre los cambios en la forma de consumir noticias alrededor del mundo. Es el séptimo año que se realiza este estudio basado en encuestas cuantitativas y cualitativas a más de setenta mil personas en cerca de cuarenta países.

En términos mundiales, la primera revelación del estudio es que el uso de las redes sociales como fuente de información ha comenzado a caer en un número importante de “mercados clave”, tales como Estados Unidos, el Reino Unido y Francia. La explicación al fenómeno debe tomar en cuenta una serie de variables. Sin embargo, a primera vista, la investigación registra un descenso marcado en la elección de Facebook como fuente de información. El estudio se realizó a principios de 2018, antes de la explosión del escándalo de la red social con Cambridge Analytica. Es decir que la credibilidad de Facebook ya venía en caída antes de ese proceso que, posiblemente, no haga sino incrementar esa tendencia. La polarización política y el crecimiento del fenómeno de las “fake news” aparecen como las principales explicaciones posibles para este fenómeno.

Un segundo dato podría dar respaldo empírico a la afirmación precedente. Si Facebook sufrió el golpe de una relativa crisis de credibilidad entonces se produjo una mudanza hacia redes sociales “más privadas”, es decir, servicios de mensajería. Si la red social en el sentido tradicional tiene la ventaja de conectarnos con desconocidos, en contextos de falta de confianza en la información se transforman en un arma de doble filo. De ahí que el estudio registre una tendencia a volcarse hacia fuentes de información que tienen “una cara conocida” del otro lado. Los servicios de mensajería aparecen de esa manera. Según la investigación, WhatsApp se utiliza como fuente primordial de información en casi la mitad de los usuarios de Malasia (54%) y Brasil (48%), mientras aparecen como fuente principal en un tercio en España (36%) y Turquía (30%). Nuestro país, veremos luego, no se queda atrás en ese fenómeno.

La confianza en la información que se consume se mantiene, alrededor del mundo, en términos estables, con un 44% de los encuestados que confía en las noticias. Ese número se incrementa a casi el 51% cuando se pregunta por la información que otorgan los medios que los usuarios dicen consumir. Por el contrario, sostiene el estudio, la confianza en la información cae cuando se encuentra vía buscadores o en redes sociales.

El panorama presenta una serie de ventajas pero también de desafíos para los medios tradicionales. Las indagaciones muestran que los consumidores de información depositan en los editores y en las plataformas más del 70% de la responsabilidad de dar respuesta al fenómeno de las fake news. En este punto entra a jugar la definición de lo que los encuestados entienden como “noticias falsas”, que en muchos casos está más vinculado a quejas por información tendenciosa que a la difusión de hechos directamente falsos.

Pero es el único desafío que enfrentan los medios de comunicación. A la par deben caminar el tránsito de su producción de información offline a las plataformas online, que resultan las más escogidas por los usuarios, especialmente desde la popularización de los smartphones. En ese tránsito no sólo deben adaptar la forma de producción de las noticias y el desarrollo de contenidos sino también el modelo de negocios en general. La caída en las ventas de los servicios offline —como el diario en papel— obligó a reconfigurar la actividad. El primer intento fue suplir los ingresos por ventas con publicidad online. Pero el nuevo desafío parece ser la suscripción online. Según la investigación, en el último año se produjo un incremento en el número de personas que afirman haber pagado por servicios de noticias online. Este tipo de tendencia se constata en países como Noruega, Suecia o Finlandia, cuyo sistema de medios es el de un número pequeño de publicaciones y que apuestan a este tipo de ingresos como parte de una estrategia más amplia para incrementarlos. En mercados más complejos y fragmentados, aseguran, la tendencia todavía es a ofrecer las noticias online de manera gratuita.

Un caso de interés que se menciona en el trabajo es el de Estados Unidos, donde se mantiene una tendencia en ascenso hacia las suscripciones pagas. Paradójicamente, la tendencia parecería ser fruto de uno de los desafíos a los que se enfrentan los medios: la polarización política. Así, asegura la investigación, las suscripciones pagas están íntimamente ligadas a las creencias políticas. Eso explica que el modelo de suscripciones se haya disparado luego de la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas, cuando desde cada polo ideológico —pero principalmente desde los medios identificados como demócratas— se convocó al modelo de suscripciones como forma de defender la pluralidad de voces.

El capítulo argentino

La investigación en nuestro país fue llevada adelante por Eugenia Mitchelstein y Pablo Boczkowski. El capítulo local arrojó evidencias que permiten elaborar nuevas hipótesis sobre los cambios en la manera en la que consumimos información. En primer lugar, se destaca el protagonismo de los smartphones como dispositivo a través del cual accedemos a las noticias. Siete de cada diez encuestados lo mencionan como el principal medio elegido para el acceso a portales de noticias y/o redes sociales. ¿Qué significa esto para los medios de comunicación? En primer lugar, la necesidad de adaptarse. Consultada por Fibra, Mitchelstein analiza la reacción de los medios frente a este nuevo escenario. “Por un lado sí, los medios se adaptan automáticamente a la interfaz del dispositivo, tienen presencia en redes sociales, dan la posibilidad de compartir los artículos por WhatsApp”, sostiene. Sin embargo, los desafíos que plantean las nuevas tecnologías no terminan ahí. “Por el otro lado, no parece haber en la mayoría de los casos contenido pensado para celulares: artículos cortos y visuales para cuando tenemos poco tiempo. O más largos para, por ejemplo, el transporte público”. Esa realidad excede el problema al que se enfrenta el periodismo digital. Según Mitchelstein, “no es distinto de lo que pasa en el entretenimiento audiovisual que, con algunas excepciones (como Funny or die o algunos programas de UNTREF TV) siguen atados al formato de media hora o una hora, cuando a veces sólo tenemos cinco o diez minutos de ocio disponible”.

El acceso a Internet en nuestro país, uno de los más elevados de América Latina según el estudio, provocó cambios en la forma de acceder a contenidos periodísticos. Según la investigación, nueve de cada diez encuestados aseguran que todas las semanas usan Internet para obtener noticias e información. Por detrás quedaron medios como la televisión, con el 76% de las menciones y los medios gráficos, con el 42%.

Las redes como fuente de información

Una vez “dentro” de Internet, ¿adónde vamos a buscar información? Un dato preciso confirma una intuición que ronda en muchos análisis: el crecimiento de las redes sociales como fuente de información. El 72% de los encuestados, sostiene el estudio, utiliza las redes como un lugar en donde buscar información y noticias. El informe desglosa aún más el dato: nos informamos en las redes pero, ¿qué redes? En primer lugar aparece Facebook. Un 60% de los encuestados que se informa online menciona a esta red social como la primera en la que busca información. A pesar de que todavía una mayoría menciona a Facebook, lo cierto es que la red social presenta una tendencia a la caída en las preferencias. De hecho, es uno de los datos más llamativos, según Mitchelstein. “No diría que me sorprendió pero no esperaba que Facebook cayera en tantos países y en todos los de América”, manifestó. En ese sentido, es necesario poner algunos datos en contexto. La encuesta se realizó entre enero y febrero de 2018, tal como explica la investigadora: después de que Facebook anunciara cambios en su feed para que aparezcan menos noticias en los muros. Pero, también, fue antes del escándalo de Cambridge Analytica, que reveló que habían utilizado datos privados de los usuarios. Así, asegura Mitchelstein, “los usuarios ya usaban menos Facebook para informarse antes que estallara el escándalo”. A la hora de preguntarse hacia dónde migran esos usuarios que podrían empezar a dejar Facebook encontramos al servicio de mensajería instantánea WhatsApp. De hecho, a nivel global WhatsApp desplazó a Facebook por primera vez como fuente principal de noticias. En Argentina todavía no se produce ese desplazamiento. Sin embargo, WhatsApp aparece ya como la segunda fuente de información en redes sociales con un 37%. ¿Se trata de una red social en el sentido clásico? El estudio la clasifica de esa manera a partir de lo que surgió en las entrevistas, tal como relata la investigadora del caso argentino: “muchos usuarios ven a WhatsApp como una red social. Tiene otras características que Facebook, Twitter o Instagram —que a su vez son diferentes entre sí”. Una de esas diferencias que marca la investigadora es que los contenidos en WhatsApp no son públicos y, por lo tanto, inaccesibles a los investigadores. Qué tipo de información y cómo se consume vía WhatsApp es una pregunta todavía a develar.

El resto de las redes parecieran tener una participación menor como fuente de información. YouTube aparece recién con el 27% de las menciones y Twitter sorprende entre los últimos puestos con un 18%.

La confianza en los medios

No todos los datos para la Argentina coincidieron con los resultados globales. La confianza en los medios de comunicación fue menor para nuestro país que en otros veintidós países encuestados. El promedio fue ostensiblemente bajo: apenas cuatro de cada diez encuestados dijo confiar en los medios de comunicación argentinos. ¿Cómo se explica el resultado?

En primer lugar, lo que aparece con un alto nivel de desconfianza son los medios de comunicación en general. Sin embargo, no se trata de un descreimiento sobre los medios que sí consumen: más de la mitad responde que confía en lo que publican aquellos medios que sí consume.

Eso podría arrojar luz sobre el por qué de la desconfianza en el sistema de medios en general. A pesar de que el escenario mediático argentino no replica los modelos anglosajones de partidización pública de sus líneas editoriales, lo cierto es que pareciera existir cierta tendencia al alineamiento ideológico entre medios y audiencias. Eso provoca el rechazo entre facciones que, se podría inferir, redunda en los niveles elevados de desconfianza mutua. En ese sentido, Mitchelstein sostiene que “los escenarios de polarización política en los que los medios toman partido —y al mismo tiempo se declaran ‘objetivos’— contribuyen al escepticismo de las audiencias respecto a la credibilidad de los medios”.

En ese marco de sentido se pueden entender, entonces, las diferencias entre la valoración de las diferentes marcas. A la hora de preguntar por medios online, quien aparece como más elegido es un portal nativo de Internet: Infobae. Un fenómeno que se repite en Estados Unidos y México y que da cuenta de la importancia de desarrollar contenidos pensados directamente para plataformas digitales.

Pero no es sólo la credibilidad el problema de los medios tradicionales sino la necesidad de adaptar su modelo de negocios a las nuevas realidades de consumo. Estos dos factores, junto a otros, provocaron la caída en los ingresos por ventas y publicidad. La respuesta frente a esa nueva realidad fue el lanzamiento de muros de pago. Pero, ¿alcanzan las suscripciones online de los usuarios para suplantar los ingresos tradicionales? Según el informe, sólo un 12% de los encuestados utiliza el servicio de suscripción que lanzaron los principales medios de comunicación como Clarín. La efectividad en la resolución de ese problema todavía aparece como una incógnita. El modelo del New York Times, que aparece como una referencia por su capacidad de generar más ingresos por suscriptores, es el espejo en el que los medios locales se miran. Pero, al menos hasta ahora, nadie ha podido imitarlo con éxito.

No es una novedad que los modelos de consumo de noticias están mutando. Los datos presentados por esta investigación confirman las hipótesis acerca de la necesidad de los medios tradicionales de adaptarse a la nueva realidad. Hasta ahora, el diagnóstico ha sido mejor que la respuesta a los nuevos desafíos.