La TDA, un futuro de inclusión y transformación

Por Guillermo Rus, vicepresidente de Arsat A cinco años de la creación del Sistema Argentino de Televisión Digital

Por Guillermo Rus, vicepresidente de Arsat

A cinco años de la creación del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre (TDA) mediante el decreto 1148/09, nos encontramos a mitad del recorrido hacia el apagón analógico. La etapa de inversión se encuentra casi finalizada: la última fase de despliegue de estaciones terrestres se encuentra en desarrollo, así como la entrega de los dispositivos receptores para la población más vulnerable de nuestro país.

getImageSimmLos desafíos de la actualidad se resumen en profundizar la difusión de este servicio en la población de todo el país, aumentar la oferta de canales provinciales y locales, dotar a la TDA de servicios complementarios e interactivos y potenciar los servicios auxiliares, desarrollar la plataforma satelital de la TDA, consolidar la oferta de equipamiento receptor y finalizar los distintos planes de acceso.

En el 2019, el apagón analógico nos encontrará con millones de hogares sintonizando la TDA, tanto en su formato terrestre como satelital, disfrutando de un completo paquete de señales nacionales y provinciales. Para ese entonces se habrá logrado una transformación en el concepto de televisión abierta. No sólo por migrar de una tecnología analógica a otra digital, sino por pasar de una oferta de televisión abierta, dependiendo del lugar del país, de cinco señales analógicas (en el mejor de los casos) a entre veinte o treinta señales digitales.

Este cambio en la grilla abierta no sólo permite a los usuarios de la televisión abierta, que ronda entre el 15% y el 20% de nuestra población, acceder a contenidos diversos y de calidad, sino también a aquellos que tienen un sistema por abono no estar atado a este para poder disfrutar de los deportes más populares de la argentina, informarse o que los chicos puedan disfrutar de un canal pensado para ellos.

A la TDA no hay que verla como una competencia de los sistemas por abono, sino como un complemento y un servicio que sube (y mucho) en calidad y cantidad el piso de información al cual toda la población tiene derecho de acceder. Por ejemplo, la complementariedad con el sistema prepago de DirecTV es muy interesante: con la TDA se dispone de una grilla diversificada y de calidad, pero acotada; cuando el usuario quiere acceder a un determinado contenido, como puede ser una película de estreno o un partido de ligas de fútbol extranjeras, puede hacerlo mediante uso ocasional del sistema por abono controlando así el gasto y pudiendo disponer a voluntad de este.

La forma de consumir los servicios audiovisuales se encuentra en un interesante período de transición, pasando de la programación lineal al consumo bajo demanda. La TDA también se inserta positivamente en este nuevo paradigma. La tendencia indica que los usuarios quieren ver una determinada película o serie en el momento que disponen del tiempo para hacerlo, no cuando la programación los obliga. Por otro lado, los eventos en vivo o las noticias se transmiten cuando ocurren, por lo cual sigue estando en vigencia verlos a través de la televisión. La combinación entre un abono a Internet y la TDA es una alternativa que se va a ir imponiendo en los próximos años.