“Se reconoció por ley que el sector de las telcos requiere de una regulación activa”

Por Sebastián De Toma Entrevista a Federico Bekerman, miembro del directorio de AFTIC por el Frente para la

Por Sebastián De Toma

Entrevista a Federico Bekerman, miembro del directorio de AFTIC por el Frente para la Victoria

Federico Bekerman es licenciado en economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctorando en economía por la misma Universidad. Desde mayo de 2014 es Subsecretario de Evaluación de Proyectos con Financiamiento Externo de Jefatura de Gabinete, y a partir de junio de 2015 fue designado como miembro del directorio de la Autoridad Federal de Tecnologías de Información y Comunicaciones (AFTIC) por el Frente para la Victoria.

Se ha desempeñado como coordinador de los equipos de análisis del sector de telecomunicaciones en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia hasta el 2007, y luego como asesor del Ministerio de Economía. Es docente en la UBA de Estructura Económica Argentina, en Universidad Nacional de Quilmes, de Historia del Pensamiento Económico y en la maestría de Desarrollo Económico de la Universidad Nacional de San Martín dicta clases de Organización Industrial.

En la primera entrevista que dio desde que fue nombrado en el puesto, Bekerman habló con Revista Fibra sobre diversos temas de actualidad: el trabajo que viene desarrollando el nuevo organismo regulador, la reglamentación de la ley Argentina Digital, el trabajo a futuro con las PyMEs y el espectro que perdió Arlink (Vila-Manzano) y que fue reservado para ARSAT.


¿Cómo caracterizaría el trabajo de AFTIC desde que se conformó a fines de abril hasta ahora?

Lo primero que tuvimos que hacer fue poner en marcha la nueva estructura del organismo. Esto implicó fortalecer las áreas existentes y, al mismo tiempo, darle cuerpo a las nuevas responsabilidades emanadas de la ley Argentina Digital, configurando los equipos técnicos. Este proceso en verdad profundizaba la línea que se venía llevando desde SECOM (Secretaría de Comunicaciones de la Nación) y CNC (Comisión Nacional de Comunicaciones), pero ahora con la solidez que le da la nueva Ley. Entre otras cosas, por ejemplo, fue posible incorporar formalmente el planeamiento estratégico del sector, tanto a nivel técnico como económico en la estructura del organismo. Esto fue necesario porque, con el Decreto 764/2000, la planificación del sector había sido dejada completamente, de forma expresa, en manos del mercado. La ley Argentina Digital nos dio el andamiaje jurídico necesario, y establece que todo eso que se venía haciendo más “a pulmón” y a pesar de la (des)regulación existente, ahora debía tener formalmente su lugar.

Se dio vuelta la taba en este sentido. Ya no estamos restringidos por la regulación a ir corriendo detrás de los cambios continuos que registra el sector, tapando los baches que se generaron tras el 764/2000, con las transformaciones tecnológicas tan profundas que vivió el sector y con la conformación de nuevos escenarios oligopólicos. Ahora se reconoce por ley que el sector de las telecomunicaciones requiere de una regulación activa que intervenga para abrir mercados y generar mecanismos de competencia, promoviendo las inversiones en tecnologías de última generación, así como también para producir herramientas de control frente a situaciones en donde las empresas abusan de su poder en detrimento de los usuarios y los pequeños actores, como las PyMEs y Cooperativas.

La designación de José Peluc (Peronismo Federal), el director por el tercer bloque minoritario del Congreso, trajo críticas en torno a la falta de idoneidad del diputado. ¿Qué opinión le merece esta cuestión?

El directorio es una herramienta que debe apuntar principalmente a las políticas sectoriales de mediano y largo plazo. Por lo tanto, en esa discusión creo que hay que tener cuidado de ciertas posiciones que remiten más a una idea tecnocrática de la función pública típica de los años noventa, con supuestos equipos de tecnócratas bajo los cuales se contrabandeaban en realidad las posiciones más ideológicas del dogma neoliberal y del “pensamiento único”. Este organismo se conforma con un directorio plural, con representantes del ejecutivo, del legislativo, y con fuerte carácter federal.

Por otro lado, parece muy selectiva la aplicación que se ha hecho de ese criterio ‘tecnocrático’ para definir en qué silla se necesita un “técnico” y en cuál no hace falta. Lo que en verdad buscan algunos críticos es intentar deslegitimar un directorio que a muy poco tiempo de creado el organismo ya se encuentra constituido casi en su totalidad, sesionando activamente y tomando decisiones muy relevantes, con discusión y con intercambios entre los distintos directores con absoluta libertad.

¿En qué cuestiones se están concentrando en estos momentos?

Hay varios proyectos de mucha importancia. Por ejemplo, se está avanzando en un profundo diagnóstico técnico-económico del sector que permitirá desarrollar distintos modelos de costos. Esto constituye una herramienta esencial para orientar, en términos económicos, el funcionamiento de las telecomunicaciones en Argentina. No se trata solamente de saber cuántas líneas vendió cada operador, sino de conocer cómo está cada una de las redes, cuánto cuesta cada eslabón de esa red, dónde pueden sumarse otros operadores a las redes existentes y cuáles serían los costos para hacerlo. De hecho, a través de una licitación pública se contrató a una consultora con mucha experiencia internacional, para que aporte a esas modelizaciones. Esto es muy relevante porque permite pensar hacia dónde debería ir el sector con un diagnóstico propio de la autoridad regulatoria lo más preciso posible. En este sentido es notorio el fracaso del paradigma del 764 donde, en esencia, se descansaba en la autorregulación del mercado en sus distintas dimensiones, precios, calidad, inversiones, cobertura, etcétera.

Otro de los proyectos actualmente en desarrollo por parte de la AFTIC es la actualización del Sistema Nacional de Comprobación Técnica de Emisiones (ver recuadro), y la elaboración de un nuevo Plan Fundamental Nacional de Numeración que permita resolver tanto los cuellos de botella que el esquema actual de numeración pueda ir generando en algunas zonas del país, así como también contemplar las nuevas necesidades que surgen de la aparición del internet de las cosas, por ejemplo.

Antes mencionó a las PyMEs y a las cooperativas, ¿qué trabajo piensan encarar con ellas?

Esta es otra de las grandes líneas directrices de trabajo que ya se están encarando desde AFTIC. A partir del esquema de (des)regulación que traía el 764/2000, se favorecía una doble exclusión sobre el sector cooperativo y pyme de telecomunicaciones. Por un lado, exclusión por las empresas más grandes que actúan como competidoras, pero también como sus principales proveedoras y, por otro lado, exclusión porque el regulador estaba limitado en su capacidad para intervenir con determinadas medidas de carácter asimétrico. La ley Argentina Digital reconoce la asimetría estructural que existe entre estos dos conjuntos de actores y otorga la capacidad formal de regular específicamente para la consolidación y fortalecimiento del sector cooperativo y PyME.

En este marco, una de las primeras decisiones del Directorio fue la de aprobar un nuevo reglamento de Servicio Universal que implica un cambio de enfoque muy importante. Ese concepto se asociaba generalmente —por parte de las empresas— al de una canasta de servicios básicos pensados para sectores de la población a los cuales no les llegarían nunca servicios de última generación por no resultar rentables. Lo que se intenta con este nuevo reglamento del Servicio Universal es llegar allí donde el mercado no lo ha hecho, pero no necesariamente con un servicio básico, o de calidad inferior al que se brinda en las zonas donde el mercado sí llega. La idea es acercar el Servicio Universal mediante facilidades crediticias u otros mecanismos, a todas las localidades, PyMEs, cooperativas, comunidades, municipios que lo necesiten, de la forma más eficiente y con la mejor tecnología y calidad disponibles. Queremos abandonar la lógica de la complementariedad. El servicio universal debe liderar, no sólo complementar lo existente, y así llevar adelante programas de inclusión y superación de la brecha digital. Como antecedentes y pilares sobre los que se asienta esta línea de trabajo se pueden mencionar la Red Federal de Fibra Óptica y el Plan Argentina Conectada.

¿Están trabajando en la reglamentación de la ley Argentina Digital?

En aquellos puntos que todavía necesitan reglamentación, ya estamos trabajando. Por otro lado, considero muy positivo que la ley Argentina Digital haya logrado evitar criterios rígidos más de tipo reglamentario que, en un sector como las telecomunicaciones, corren siempre el riesgo de quedar vetustos rápidamente. Eso es lo que sucedió con el 764, que era muy específico en reglamentos incompatibles con la tendencia convergente de los servicios, lo que permitió a los jugadores más fuertes del sector utilizar esa obsolescencia a su favor. Es también una virtud aprovechar el fortalecimiento que la ley Argentina Digital da a la autoridad regulatoria para que esta, a partir de la experiencia acumulada previa, pueda proponer los mejores reglamentos posibles.

Una de las novedades que introdujo la ley fue la posibilidad de desagregar las redes locales. ¿Cómo ve la posible implementación de ese esquema?

Es imperioso que las empresas aumenten sus inversiones, que vayan hacia la fibra en todos los segmentos de sus redes cuanto antes. En la Argentina se presenta una característica peculiar que es la marcada coexistencia de distintos tipos de redes, en particular las redes de fibra y par de cobre por un lado, y las redes de HFC (coaxiales), por el otro. Ambas arquitecturas de red deben ser comprendidas dentro de la regulación. Las estructuras de precios, mayoristas y minoristas, deben ser compatibles con el reconocimiento de sinergias técnicas y económicas a los operadores integrados que modernizan sus redes, al mismo tiempo que se hace sustentable la existencia de operadores sin red propia. Se debe buscar la creación de mercados donde hoy no los hay, sobre la base de nuevos servicios de una calidad superior a la actual.

Respecto del espectro que Arlink (Vila-Manzano) no pudo pagar y quedó afuera, y ahora se le reserva el uso de esas bandas a ARSAT, ¿qué se puede esperar y en qué plazos con el ingreso de la empresa satelital del estado argentino?

La subasta de espectro del año pasado fue un salto histórico ya que ha disparado un masivo proceso inversor de efectos visibles en corto o mediano plazo. Con la licitación no sólo se obligó a las adjudicatarias a invertir, sino que además lo tienen que hacer en un período de tiempo determinado: en dieciocho meses tienen que estar incluidas todas las capitales de provincia, así como Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario y las principales rutas del país con cobertura de 4G. Tanto en relación al precio al que se cotizó y/o se pujó por los lotes, como por las obligaciones de plazos de cobertura, y el tiempo de la adjudicación, se trata de una licitación que siguió las mejores prácticas a nivel regional y mundial. Para el bloque reservado a un nuevo entrante, sólo presentó oferta Arlink y, al no registrarse el pago luego de los plazos establecidos, el pliego de la subasta ordenaba dar de baja la adjudicación, por lo que en el Directorio se decidió avanzar tal como surge del pliego. Por lo pronto, el 4G ya está en el país y va creciendo muy rápidamente, con niveles de transferencias de datos muy buenos. Es importante que el despliegue de las redes 4G se haga del modo más rápido, más federal y más eficiente, así los usuarios empiezan a notar una mejora en todos sus servicios móviles. Por otro lado, ARSAT, por sus objetivos y su infraestructura, es la herramienta más adecuada para poner a disposición las mejores tecnologías y servicios en las zonas más vulnerables, así como para dinamizar del sector cooperativo y PyME.

Actualización del Sistema Nacional de Comprobaciones Técnicas de Emisiones

Según Federico Bekerman es destacable el trabajo de Actualización del Sistema Nacional de Comprobaciones que se venía efectuando desde CNC, y se ha fortalecido hoy con AFTIC. Este sistema está destinado a fiscalizar y controlar el estado de ocupación efectivo del espectro radioeléctrico. Esta operatoria había sido entregada en los años noventa a la empresa privada Thales, hasta que en el año 2004 fue recuperada la gestión del espectro.

Actualmente se está completando el desarrollo del software que hará la interfaz entre los nuevos equipos de medición, que podrán ser de distintos proveedores. Es de remarcar el trabajo que se está realizando porque consiste en un desarrollo propio, es decir, del Estado Nacional, con los recursos humanos propios de CNC y ahora de AFTIC, explicó el funcionario.

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